La Diputación de Guipúzcoa negocia con el PSE un acuerdo presupuestario

Imaz reitera su confianza en que PP y PSE no coincidan con Batasuna

El equipo de gobierno de la Diputación de Guipúzcoa (PNV-EA), que preside Román Sudupe, inició formalmente el lunes un proceso de negociación con el PSE para alcanzar un acuerdo que le permita aprobar los presupuestos de 2002. Los socialistas guipuzcoanos, en sintonía con los vizcaínos, que también llegaron la pasada semana a un principio de acuerdo con el gobierno foral, expresaron ayer su decidida voluntad de alcanzar con el nacionalismo no violento un pacto presupuestario que proyecte la existencia de una nueva etapa política en la que 'cuestiones relacionadas con Lizarra o Udalbiltza están...

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El equipo de gobierno de la Diputación de Guipúzcoa (PNV-EA), que preside Román Sudupe, inició formalmente el lunes un proceso de negociación con el PSE para alcanzar un acuerdo que le permita aprobar los presupuestos de 2002. Los socialistas guipuzcoanos, en sintonía con los vizcaínos, que también llegaron la pasada semana a un principio de acuerdo con el gobierno foral, expresaron ayer su decidida voluntad de alcanzar con el nacionalismo no violento un pacto presupuestario que proyecte la existencia de una nueva etapa política en la que 'cuestiones relacionadas con Lizarra o Udalbiltza están superadas'.

El PSE ya dio su apoyo en junio pasado a la Diputación guipuzcoana para aprobar una partida extraordinaria de 4.518 millones de pesetas (27,1 millones de euros) para nuevos proyectos que no podían incluirse en la prórroga del presupuesto del 2000 que actualmente gestiona el gobierno foral. Fue el precedente que marcó el inicio de este acercamiento entre socialistas y nacionalistas destinado, en principio, a alcanzar un pacto presupuestario que 'represente más la pluralidad del territorio de Guipúzcoa y la voluntad de reemprender la construcción social frente al principio de construcción nacional', según explicó ayer el PSE en un comunicado.

La correlación de fuerzas en las Juntas guipuzcoanas exige el apoyo expreso de al menos uno de los tres grupos de la oposición (PP, PSE y Batasuna) para sacar adelante las cuentas, mientras en Vizcaya sería suficiente con la abstención de los socialistas. En Guipúzcoa PNV-EA suman 19 escaños, Batasuna 14, el PSE 10, y el PP 8. Por lo tanto, el gobierno foral necesita a los socialistas para rechazar las enmediendas a la totalidad del proyecto presupuestario que ya han anunciado el PP y Batasuna.

El PSE valora al diputado general, Román Sudupe, como una persona nítidamente comprometida en la lucha contra el terrorismo y por las libertades, por lo que le considera 'una garantía' en el proceso negociador emprendido. Pero exigirán al PNV-EA un 'giro de carácter social' a los presupuestos, con el que esperan conseguir importantes apoyos financieros para los cinco populosos municipios donde gobiernan: San Sebastián, Irún, Rentería, Lasarte y Éibar.

Esta incipiente línea de aproximación entre socialistas y nacionalistas después de la ruptura que supuso el Pacto de Lizarra fue iniciada por los vizcaínos la pasada semana, cuando firmaron un principio de acuerdo para aprobar el presupuesto foral. Sin embargo, es más difícil que se traslade a los presupuestos del País Vasco, ya que el PSE considera que el Ejecutivo de Ibarretxe sigue embarcado en 'una estrategia soberanista'. El portavoz del Ejecutivo, Josu Jon Imaz, volvió a presionar ayer a los socialistas con el argumento de que la sociedad vasca no entendería que el PSE y el PP votaran junto a Batasuna para echar atrás unos presupuestos 'modernos y de alto contenido en gasto social'. Sin embargo, el Gobierno no ha iniciado todavía una negociación sobre el proyecto.

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