Jiménez de Parga

Las palabras del nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, nada más tomar posesión de su cargo, más que inoportunas deben calificarse del todo inaceptables. Ya es como mínimo rechazable que quien quiere presidir el alto tribunal que dirime, se supone que con imparcialidad, espinosos contenciosos Estado-comunidades autónomas, dé una lamentable muestra de partidismo y de menosprecio a éstas, y en especial a Euskadi.

Pero más grave aún es que lo haga en apoyo explícito a las inauditas medidas aprobadas por el ex verdugo de Texas, hoy presidente de EEUU, sobre ...

Las palabras del nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Manuel Jiménez de Parga, nada más tomar posesión de su cargo, más que inoportunas deben calificarse del todo inaceptables. Ya es como mínimo rechazable que quien quiere presidir el alto tribunal que dirime, se supone que con imparcialidad, espinosos contenciosos Estado-comunidades autónomas, dé una lamentable muestra de partidismo y de menosprecio a éstas, y en especial a Euskadi.

Pero más grave aún es que lo haga en apoyo explícito a las inauditas medidas aprobadas por el ex verdugo de Texas, hoy presidente de EEUU, sobre juicios secretos, tribunales militares, detenciones y ejecuciones sin garantías, que son contrarias a la Constitución de EEUU, a la española, y a todas las declaraciones de Derechos Humanos. Es alarmante que el nuevo presidente del Constitucional tenga tales opiniones. Con algo así, y con un 'Defensor del Pueblo' como el actual, estamos listos.