Plante de CiU y el PP en la comisión de los presupuestos de Barcelona

Los concejales y portavoces municipales de los grupos de CiU y el PP, Jaume Ciurana y Emilio Álvarez, respectivamente, abandonaron ayer la sesión de la comisión de hacienda del Ayuntamiento de Barcelona en la que se discutía la aprobación inicial de los presupuestos de 2002. El plante también fue secundado por la regidora de CiU Sònia Recasens por disciplina de partido, según matizó.

Ya fuera de la sala, los portavoces de CiU y el PP justificaron su plante aduciendo la actitud 'prepotente' de Ernest Maragall, presidente de la comisión. Maragall, por su parte, se mostró sorprendido por l...

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Los concejales y portavoces municipales de los grupos de CiU y el PP, Jaume Ciurana y Emilio Álvarez, respectivamente, abandonaron ayer la sesión de la comisión de hacienda del Ayuntamiento de Barcelona en la que se discutía la aprobación inicial de los presupuestos de 2002. El plante también fue secundado por la regidora de CiU Sònia Recasens por disciplina de partido, según matizó.

Ya fuera de la sala, los portavoces de CiU y el PP justificaron su plante aduciendo la actitud 'prepotente' de Ernest Maragall, presidente de la comisión. Maragall, por su parte, se mostró sorprendido por la marcha de los ediles de la oposición. El plante tampoco fue entendido por ERC ni por IC-V.

El malestar de los grupos de la oposición se originó por una cuestión de orden del debate. Al ver que participaba el regidor Jordi Hereu-concejal de Les Corts y portavoz del grupo municipal del PSC-, exigieron que más regidores de CiU y el PP pudieran intervenir. Maragall sugirió suspender la comisión un rato para que se sumaran a ella más regidores de CiU y el PP, lo que no llegó a ocurrir. No fue un debate especialmente agrio, pero los concejales de CiU y el PP se ofendieron cuando Maragall les dijo que no se miraban 'los papeles'. Acto seguido abandonaron la sala. Los presupuestos del año próximo -que prevén un incremento del 86% de la inversión y un endeudamiento de unos 200 millones de euros- se aprobaron inicialmente con el voto contrario de CiU y el PP. Según Convergència, se trata de unos presupuestos 'ficticios' porque prometen muchas inversiones y 'electoralistas' porque se plantean a un año de las elecciones de 2003.

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