Reportaje:Raíces

Un patrimonio arruinado e ignorado

Municipios de La Alpujarra almeriense proponen proteger sus antiguas fundiciones mineras

Los ayuntamientos de Berja, Ohanes y Canjáyar, en La Alpujarra almeriense, han solicitado a la Dirección General de Bienes Culturales la inclusión de sus antiguas fundiciones mineras en algún grado de protección integral. La propuesta, auspiciada por el Centro Virgitano de Estudios Históricos (CVEH) persigue 'poner en valor' toda la infraestructura de una de las zonas mineras por excelencia en la península. Minas, fundiciones, edificios auxiliares y caminos constituyen un rico patrimonio arruinado e ignorado por los habitantes de la zona.

El informe realizado por un equipo del CVEH, cap...

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Los ayuntamientos de Berja, Ohanes y Canjáyar, en La Alpujarra almeriense, han solicitado a la Dirección General de Bienes Culturales la inclusión de sus antiguas fundiciones mineras en algún grado de protección integral. La propuesta, auspiciada por el Centro Virgitano de Estudios Históricos (CVEH) persigue 'poner en valor' toda la infraestructura de una de las zonas mineras por excelencia en la península. Minas, fundiciones, edificios auxiliares y caminos constituyen un rico patrimonio arruinado e ignorado por los habitantes de la zona.

El informe realizado por un equipo del CVEH, capitaneado por el arqueólogo Lorenzo Cara, plantea la protección integral de la Fábrica Real de Plomo de Alcora, en Canjáyar, promovida en 1748 por la administración borbónica para la producción de material bélico; la Herrería del Aguilón en Ohanes, una síntesis de la herrería vasca y la farga (fragua) catalana que perduró en los años del auge de la minería del plomo, en la primera mitad del siglo XIX; y la fábrica de plomo del Peñón de La Rata en Berja, una de las fundiciones más complejas que existen al tener todas sus dependencias agrupadas, con 2.500 metros cuadrados de superficie.

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Toda esta infraestructura ofrece pistas sobre la agitación social, económica y poblacional que vivió la comarca virgitana, que en 1860 contaba con 17.000 habitantes censados. 'Un tercio de la población de la provincia vivía allí. Y eso sólo se ha superado con la agricultura intensiva bajo plástico de hoy día', apunta Cara.

La Fundición Real de Plomo de Alcora, la única que se conserva íntegra en toda Andalucía, se compone de un conjunto de edificios alineados a lo largo de un patio, un área de fundición y un conjunto de dependencias secundarias y zonas de transformación del mineral. La ermita dedicada a la virgen del Carmen, de finales del XIX, completa las instalaciones. Pero sin duda es la sala de fundición, compuesta de dos hornos castellanos de planta cuadrada, la parte más interesante. A Poniente queda una plataforma alzada varios metros sobre los hornos que acota un amplio espacio empedrado para triturar y aventar las tierras de las que extraer el plomo.

La importancia de Las Herrerías del Aguilón se traduce en la necesidad, en el mundo rural, de herramientas, aperos de labranza y toda suerte de utensilios domésticos. 'La de Ohanes conserva el cubo que movía una rueda vertical, mezcla de la herrería del País Vasco y la farga catalana que, al transformar el movimiento de giro en uno alternativo de sube y baja, movía unos fuelles. Era un sistema ideal para conseguir altas temperaturas y se creó para hacer instrumentos de hierro para los mineros', explica el arqueólogo.

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El tercer complejo industrial, la fundición de plomo del Peñón de la Rata, está compuesto por los llamados hornos del país o reverbero español, de gran innovación tecnológica en la metalurgia de la Sierra de Gádor.

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