Ruidos en Sevilla

Cuando antes del verano el pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó la ordenanza municipal contra el ruido, a muchos sevillanos se nos alegró la cara. Esta vez, pensamos, la cosa iba en serio. Sevilla, una de las ciudades más ruidosas de uno de los países más ruidosos del mundo, iba a empezar a cambiar. No es que soñáramos convertirnos en Florencia pero, al menos, no acabaríamos en la consulta del otorrino.

La realidad, desgraciadamente, es muy otra, especialmente para las personas que venimos sufriendo los efectos de la llamada movida juvenil.

Si le contáramos a un ciudadano eur...

Cuando antes del verano el pleno del Ayuntamiento de Sevilla aprobó la ordenanza municipal contra el ruido, a muchos sevillanos se nos alegró la cara. Esta vez, pensamos, la cosa iba en serio. Sevilla, una de las ciudades más ruidosas de uno de los países más ruidosos del mundo, iba a empezar a cambiar. No es que soñáramos convertirnos en Florencia pero, al menos, no acabaríamos en la consulta del otorrino.

La realidad, desgraciadamente, es muy otra, especialmente para las personas que venimos sufriendo los efectos de la llamada movida juvenil.

Si le contáramos a un ciudadano europeo (de los Pirineos hacia arriba) que grupos de jóvenes ponen, de madrugada, los equipos de música de sus coches a todo volumen en diversos lugares de Sevilla, impidiendo dormir a los vecinos, no se lo creería. Pero cuando nos tomaría definitivamente por mentirosos es cuando le dijésemos que la Policía Local hace oídos sordos a las quejas y denuncias de los ciudadanos.

Bueno, pues esto es lo que ocurre todos los viernes y sábados del año, por ejemplo, en la glorieta de Las Cigarreras, junto al puente de Los Remedios, afectando, y de qué forma, a todos los vecinos de la zona.

Hay varios efectos negativos de la movida y las botellonas juveniles, basura tirada en la calle, destrozos de mobiliario urbano, etcétera, pero, créame, nada tan insoportable como no poder dormir cuando se necesita descansar.