Intranquilidad entre los musulmanes andaluces

Los casi 100.000 musulmanes que residen en Andalucía viven momentos difíciles tras los atentados ocurridos en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre. Aunque los incidentes han sido mínimos -algún tendero que no ha querido atender a un musulmán o niñas de distinta religión que han dejado de hablarse-, los musulmanes están molestos porque consideran injustificado que se identifique islam con terrorismo. La tensión está latente y todos temen que vaya a más si se desencadena una guerra en Oriente. Algunas organizaciones están pensando comenzar una campaña de concienciación ciudadana para contra...

Los casi 100.000 musulmanes que residen en Andalucía viven momentos difíciles tras los atentados ocurridos en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre. Aunque los incidentes han sido mínimos -algún tendero que no ha querido atender a un musulmán o niñas de distinta religión que han dejado de hablarse-, los musulmanes están molestos porque consideran injustificado que se identifique islam con terrorismo. La tensión está latente y todos temen que vaya a más si se desencadena una guerra en Oriente. Algunas organizaciones están pensando comenzar una campaña de concienciación ciudadana para contrarrestar esa idea de que todo aquel que profesa la religión musulmana comulga con el terrorismo.

Tan próximos y tan desconocidos, los casi 100.000 musulmanes que se calcula que viven en Andalucía ven con preocupación los efectos colaterales provocados por los atentados en Estados Unidos. Aunque no hay señales de verdadera alarma, perciben que son observados con recelo y que se está asociando a la ligera el terrorismo con el islam.

El hecho más destacado hasta el momento son las amenazas de muerte recibidas por comerciantes musulmanes de Jerez por parte de un colectivo autodenominado Occidente Civilizado. La policía investiga el asunto, que ha hecho cundir el temor en el colectivo, de unas 300 personas. Hadiya, una marroquí que lleva 30 años en Jerez, confiesa que hay 'mucha preocupación'.

Granada, considerada por dirigentes islámicos como 'una ciudad difícil para los musulmanes a pesar de su historia', vive un 'ambiente enrarecido', aunque no preocupante. Se han dado algunos casos de rechazo: un día después de los atentados, una mujer musulmana no fue atendida en un comercio por su aspecto. Además, en la sede de la Comunidad Islámica en España han recibido algunas amenazas telefónicas.

En Córdoba, con una fuerte presencia musulmana, no se ha observado nada anormal tras el atentado. Quizá porque la cosa viene desde atrás. Hace tiempo aparecieron en una mezquita pintadas con consignas como Moros fuera o Viva Franco, acompañadas de cruces gamadas.

La comunidad musulmana de la Costa del Sol vive con 'incertidumbre' la situación. 'Se nota en el ambiente', asegura Hamido Hamed, responsable de inmigración de CCOO. Hamed relata el caso de dos niñas de 12 y 13 años, una católica y otra musulmana, que hasta hace poco eran inseparables y ahora han dejado de compartir pupitre. La primera ha acusado a su amiga de atacar sus símbolos. Pero se trata de un hecho aislado. 'Esto no es bueno, es importante que la gente sepa distinguir entre Islam y terrorismo. Hay que evitar que a una mujer con pañuelo la confundan con una integrista'.

En Jaén, los inmigrantes musulmanes sienten malestar. Abdeflam Sarhane, un marroquí de 35 años, se pasa ahora mucho tiempo explicando que los árabes no son terroristas. 'Tengo que ir poniendo ejemplos cuando alguien se mete con nosotros', dice. Sarhane habla entonces de ETA y del IRA. Las organizaciones humanitarias de Jaén están pensando realizar campañas de sensibilización para evitar que durante la recogida de la aceituna los inmigrantes sufran rechazo. 'Ahora hay 1.000 inmigrantes, pero cuando lleguen de golpe 3.000 más, será mejor que empecemos a trabajar'.

En Almería, la comunidad musulmana teme que el atentado pueda ser la excusa para represalias. Aunque no se han registrado incidentes, el presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes, Hamza Al Hanafi, reconoce que existe temor . 'Se percibe tensión porque la convivencia sigue siendo muy frágil'. Tampoco en El Ejido, el municipio que acoge más magrebíes, se han producido roces. En la provincia residen más de 50.000 magrebíes.

En Cádiz, la Asociación Pro Derechos Humanos no tiene constancia de que los inmigrantes hayan sido amenazados. En Huelva, el vicepresidente de la ONG Huelva Acoge, Abderraman Essaadi, asegura que 'no se ha percibido rechazo ni insultos contra la comunidad, aunque se ha relacionado el terrorismo con la religión sin calibrar las consecuencias'.