'No quiero volver al colegio, me dan pereza los exámenes'

Teresa Uriarte, una niña de 11 años que empieza 6º de primaria en Pozuelo (Madrid), ha tenido que comprarse este año una mochila nueva porque a la del año pasado se le rompieron las ruedas de tanto acarrear libros. Quizás por eso la vuelta al cole se le hace cuesta arriba este curso.

'No tengo ganas de volver, prefiero estar de vacaciones y jugar con mis amigos. No quiero madrugar y me da como pereza hacer exámenes y volver a los estudios', asegura sin ningún tipo de duda y con conocimiento de causa. Pero después matiza: 'La verdad es que luego empiezo, lo cojo enseguida y no me importa...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Teresa Uriarte, una niña de 11 años que empieza 6º de primaria en Pozuelo (Madrid), ha tenido que comprarse este año una mochila nueva porque a la del año pasado se le rompieron las ruedas de tanto acarrear libros. Quizás por eso la vuelta al cole se le hace cuesta arriba este curso.

'No tengo ganas de volver, prefiero estar de vacaciones y jugar con mis amigos. No quiero madrugar y me da como pereza hacer exámenes y volver a los estudios', asegura sin ningún tipo de duda y con conocimiento de causa. Pero después matiza: 'La verdad es que luego empiezo, lo cojo enseguida y no me importa tanto'. Encontrarse con los compañeros de clase y volver a jugar al baloncesto son los dos puntos que, cada año, le hacen más liviano el reencuentro con la disciplina.

Lo que peor lleva del colegio son las asignaturas de inglés y de lengua. 'El inglés, porque me sale muy mal, y la lengua, porque me cuesta aprender las reglas de ortografía', dice esta niña que todavía no sabe lo que es suspender. Las matemáticas y el dibujo son otra historia. 'Me parecen mucho más fáciles y se me dan muy bien', comenta. Teresa comprende que el colegio es necesario 'para aprender' y que otro tanto ocurre con los exámenes. 'Algo tienen que hacer los profesores para saber si la gente aprueba', explica. Pero le cuesta más aceptar el empeño de algunos profesores en atiborrarles con tareas para casa. 'Si me ponen pocos deberes no me importa hacerlos, pero hay días que me tengo que pasar toda la tarde con ellos'.

Archivado En