De Senegal a El Aaiún

El brazo de las mafias que controlan la inmigración ilegal en Marruecos es muy largo. Mide exactamente 1.300 kilómetros. Cruza el Sáhara Occidental, atraviesa Mauritania y alcanza la ribera norte del río Senegal. Eso afirman algunos informes que manejan los servicios de inteligencia españoles.

En ese río cierran los traficantes de personas el trato con muchos de los subsaharianos que serán llevados a Canarias. Tras el pago de hasta 400.000 pesetas, son introducidos en camiones que recorren Mauritania por las pistas que corren paralelas al Atlántico.

Los camiones llegan hasta la l...

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El brazo de las mafias que controlan la inmigración ilegal en Marruecos es muy largo. Mide exactamente 1.300 kilómetros. Cruza el Sáhara Occidental, atraviesa Mauritania y alcanza la ribera norte del río Senegal. Eso afirman algunos informes que manejan los servicios de inteligencia españoles.

En ese río cierran los traficantes de personas el trato con muchos de los subsaharianos que serán llevados a Canarias. Tras el pago de hasta 400.000 pesetas, son introducidos en camiones que recorren Mauritania por las pistas que corren paralelas al Atlántico.

Los camiones llegan hasta la localidad de Nuadibú, en la antigua península de La Güera. Allí, los subsaharianos suelen ser cambiados de vehículo. A cambio de dinero, elementos del Ejército marroquí, las Fuerzas Auxiliares y la Gendarmería Real les franquean el paso a través de los campos minados y de los muros construidos por Rabat para intentar frenar las incursiones del Frente Polisario. Luego son llevados, siempre en paralelo a la costa, hasta los alrededores de El Aaiún. Allí, a 1.300 kilómetros de la frontera de Senegal, son embarcados en pateras o en barcos de cabotaje que los dejan en zódiac a la vista de las islas Canarias. Los mafiosos suelen organizar desembarcos masivos para desbordar a las fuerzas de seguridad españolas.

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