Reportaje:

Trincheras de guerra, monumentos de paz

Arganda pide que se protejan las trincheras y los fortines de la batalla del Jarama para que se puedan visitar

La guerra puede ser una lección de tolerancia. Con esa intención, el Ayuntamiento de Arganda aprobó en el último pleno, el pasado mes, solicitar al Gobierno regional que declare bien de interés cultural (BIC) los fortines, fortificaciones, trincheras, nidos de ametralladoras y búnkeres del municipio usados en las durísimas batallas que se libraron por aquellos pagos en la guerra civil. De esta manera se convertirán en monumentos a la paz y en parte de una ruta que podrán visitar vecinos y visitantes.

Los restos propuestos para esta catalogación tienen en común su vinculación a una de la...

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La guerra puede ser una lección de tolerancia. Con esa intención, el Ayuntamiento de Arganda aprobó en el último pleno, el pasado mes, solicitar al Gobierno regional que declare bien de interés cultural (BIC) los fortines, fortificaciones, trincheras, nidos de ametralladoras y búnkeres del municipio usados en las durísimas batallas que se libraron por aquellos pagos en la guerra civil. De esta manera se convertirán en monumentos a la paz y en parte de una ruta que podrán visitar vecinos y visitantes.

Los restos propuestos para esta catalogación tienen en común su vinculación a una de las mayores tragedias del siglo XX: la mítica batalla del Jarama, uno de los más duros episodios del conflicto armado. Como consecuencia de aquel enfrentamiento, sólo en el mes de febrero de 1937 murieron en los suelos áridos de Arganda casi 17.000 soldados de ambos ejércitos.

Los principales restos materiales se sitúan en las zonas de La Poveda, donde se localizan varios fortines, y El Valle, con fortines, fortificaciones, refugios y puestos de mando, y abundantes trincheras, como las del arroyo de Torilejos, donde se apostaban las fuerzas del Ejército nacional, y la Dehesa del Carrascal. Algunos de estos restos son excepcionales, como la colina fortificada del paraje de Valparaíso, que conserva una serie de galerías subterráneas, el puesto de mando y varios fortines situados junto a las vías del antiguo tren.

Conquista del puente

La calificación solicitada también afecta al histórico Puente de Arganda. Además de sus valores históricos, hay que destacar que esta estructura fue el verdadero símbolo de la batalla del Jarama. La conquista del puente era la clave para los ejércitos; las fuerzas republicanas luchaban para evitar que las tropas nacionales tomasen Madrid, y allí se produjeron los más duros enfrentamientos, llegando incluso al cuerpo a cuerpo entre los días 6 y 9 de febrero de 1937.

El puente fue durante un tiempo el lugar elegido por los Ayuntamientos de Arganda y de Rivas-Vaciamadrid para albergar el monumento a las Brigadas Internacionales, y cada año lo visita un grupo de brigadistas, ex combatientes residentes en otros países europeos.

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En el archivo municipal de Arganda, base documental sobre la que se ha apoyado el Consistorio para conocer los datos sobre los restos de la guerra civil que el municipio alberga, también existen relatos que narran la magnitud de los enfrentamientos que tuvieron lugar en torno a río Jarama, a caballo entre Rivas y Arganda. Uno narra: 'Eran las cuatro de la tarde cunado 40 aviones republicanos de caza entablaron combata contra 60 cazabombarderos enemigos. Cien aviones luchaban sobre nuestras cabezas, con un ruido de motores y tableteo de ametralladoreas que dejó en silencio el frente de tierra. Un trimotor Junkers, negro y gigantesco, se vino abajo con todo su cargamento de bombas cerca de Valdeperdices. Estalló con una llamarada gigantesca, mientras gragmentos del aparato saltaban por los aires. Una rueda del avión corría monte abajo, como si huyera asustada de aquel infierno. Allí tuvo que ser Troya. Se empleó de todo: granadas rompedoras de todos los calibres, bombas de mortero y cañones antitanque. Fue una batalla sangrienta, sin ninguna clase de contemplaciones. La cuestión era matar al máximo número posible de enemigos. Empezaba a declinar el día y más de dos mil cuerpos yacían en aquella tierra estéril, empapada de sangre'.

Tolerancia

En Arganda entienden que una de las principales razones para conseguir la protección y conservación de estos restos es que estos bienes históricos cumplen una indudable función social. 'No hay que dejar caer en el olvido las huellas de un conflicto civil, sino recuperarlas para reivindicar los valores de la cultura de la paz y la tolerancia', explica Pedro Díez, alcalde de Arganda, 'para que nunca se produzca un enfrentamiento similar, ni se repitan relatos tan crudos y dramáticos como el de este soldado'. El Ayuntamiento de Arganda piensa ahora dirigirse a los Ayuntamientos de Morata de Tajuña, San Martín de la Vega y Rivas-Vaciamadrid, todos ellos afectados por la batalla del Jarama, para que la calificación de bien de interés cultural se extienda al territorio que los más viejos del lugar conocen como el Frente del Jarama.

Arriba, estado actual de un refugio de la guerra civil en Arganda. Abajo, soldados en una trinchera durante la batalla del Jarama.ARCHIVO MUNICIPAL DE ARGANDA

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