La Generalitat fracasa en la acogida de menores marroquíes en familias

El problema que representan los menores inmigrantes abandonados a su suerte en Cataluña está lejos de solucionarse. Hace un año, el Departamento de Justicia comenzó a buscar familias de origen magrebí para que se hicieran cargo temporalmente de alguno de los niños de esta misma procedencia que viven en la calle o en centros de acogida.

Un año después, ninguna de estas familias se ha sumado a la iniciativa, según reconocieron ayer fuentes del Departamento de Justicia. El propio consejero, Delfí Guardia, reconoció en una entrevista radiofónica que la iniciativa 'no ha funcionado demasiad...

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El problema que representan los menores inmigrantes abandonados a su suerte en Cataluña está lejos de solucionarse. Hace un año, el Departamento de Justicia comenzó a buscar familias de origen magrebí para que se hicieran cargo temporalmente de alguno de los niños de esta misma procedencia que viven en la calle o en centros de acogida.

Un año después, ninguna de estas familias se ha sumado a la iniciativa, según reconocieron ayer fuentes del Departamento de Justicia. El propio consejero, Delfí Guardia, reconoció en una entrevista radiofónica que la iniciativa 'no ha funcionado demasiado bien'.

La idea de los responsables de justicia era que los menores desamparados pudieran vivir durante un año con las familias de acogida para ayudarles en su inserción social y laboral. Una idea fundamental del proyecto era que la familia fuera de origen magrebí para que el menor estuviera en contacto con la cultura y la forma de vida de su país de origen. También se pretendía encontrar familias que regentaran algún tipo de negocio para que el menor entrara en contacto con el mundo laboral. Durante la acogida, la familia recibiría 47.500 pesetas mensuales, 15.000 de las cuales deberían ser para el menor.

Inicialmente, los responsables de Justicia pretendían encontrar 50 familias para otros tantos menores. De esta forma querían sacar de la calle a los adolescentes que llegan solos a Cataluña procedentes del Magreb. Muchos de estos menores se niegan a ingresar en centros de acogida, pero tampoco tienen edad para trabajar, lo que impide su integración y provoca importantes problemas de delincuencia, sobre todo en Barcelona.

Aunque el intento no ha funcionado, fuentes de Justicia han avanzado que en octubre se pondrá en marcha otra campaña para captar familias de acogida.

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