Columna

Señorías, agosten...¡Sen!

Ni los fantasmas de sus señorías, ni los de los honorables, lo sean molt o al límite de lo insoportable, se van a achicharrar en los salones rebosantes de dióxido de carbono, y en los despachos forrados de pedantería y dudoso gusto; y menos aún la Diputación Permanente, ofrendada a una cruenta contabilidad, y rebozada en crema de zanahoria, que además esconde los despojos del porcino apestado debajo de la alfombra, y niega los apagones, a la luz vacilante de un candil. Ahora, todos esos edificios de catálogo e itinerario turístico, expelen más grandeza, en su vaciedad, de lo acostumbrad...

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Ni los fantasmas de sus señorías, ni los de los honorables, lo sean molt o al límite de lo insoportable, se van a achicharrar en los salones rebosantes de dióxido de carbono, y en los despachos forrados de pedantería y dudoso gusto; y menos aún la Diputación Permanente, ofrendada a una cruenta contabilidad, y rebozada en crema de zanahoria, que además esconde los despojos del porcino apestado debajo de la alfombra, y niega los apagones, a la luz vacilante de un candil. Ahora, todos esos edificios de catálogo e itinerario turístico, expelen más grandeza, en su vaciedad, de lo acostumbrado: sus inquilinos ya van en playeras y lucen su calma chicha mental, como se puede, cuando se gobierna en vocinglería absoluta. Y olfatean el verano que es muslamen, lebeche, degustación ocular de senos, mano de mus, y aperitivos de colesterol, con salsa rosa. Zaplana que es un adelantado de sus labores, le metió el cerrojazo al Palau y a los presupuestos, porque Vicente Rambla anda columpiándose en filigranas y cuentas de rosario, que las otras ya no salen, para disponer los fastos de la entrada triunfal del euro, en este patio de despilfarros.

Eso dice una oposición que está que trina y que acusa al president de patinar en el asunto de la financiación autonómica. 'Es que es incapaz de negociar hasta con los de su misma cuerda'. Un juicio malévolo y atrevido, a todas luces, con permiso de Iberdrola. Para juzgar a Zaplana hay que verlo, sin necesidad de escucharlo, en el marco de Canal 9, que parece que se lo han hecho de corte y confección, porque sale talmente como un San Luis. Y no es alabanza, pero si lo fuera, tampoco importa mucho, porque, como afirmaba Larra, es probado que en la alabanza no puede haber demasía, ni puede dejar de haber verdad y justicia. Y ahí, sí. Ahí, vamos a ver quién es el osado que lo juzga, cuando está muy claro que encandila al vecindario y hasta lo duerme -Zaplana es una nana, exclamó una joven madre-, confiado en esa imagen de spot y firmeza, que encarna todo el poder valenciano. A ver quién.

Pues, antes de echarse al agua, miren si serán descarados, y encima con el sol cociéndoles la sesera, que hasta esa oposición quejumbrosa y obstinada ha hecho sin contemplaciones barquitos de papel con el dicho poder valenciano, lo que lo deja en papel mojado y desguazado por toda la orilla, y en lugar de bucear en el Mediterráneo como corresponde, bucea por los tenebrosos fondos, ya sin fondos, qué paradoja, de un endeudamiento que ronda el billón de pesetas y que, miren por dónde, han salido de nuestras nóminas.

Pero no se alarmen. Lo que sucede es que quienes llevan la cosa de hacienda y la contabilidad de la cosa, no nos dicen nada, para no importunarnos las vacaciones, con tales menudencias. Zaplana ya lo dijo: que las cuentas de la Generalidad, le preocupaban 'lo justo', y serenó los ánimos, aunque los indicadores financieros se fundían con tan abultada deuda. Pero él tan campante. O sea, que podemos asumir otro billón de endeudamiento, en el próximo bienio, porque esa cantidad parece 'lo justo'. Y ni pío, porque la vocinglería absoluta no oye más que lo que le conviene; y la ciudadanía de orden lo que tiene que hacer, en esta época, es zambullirse en el mar, hacerse sus buenos arroces y unas interminables siestas. No vaya a ser que Zaplana se mosquee, y como ya ha cumplido casi todo su programa, termine la faena en un santiamén y nos dé con la puerta en las narices. Ahí os quedáis, y que os zurzan.

Por eso, lo más oportuno es que Joan Ignasi Pla, Joan Ribó y Pere Mayor se dediquen a la práctica de la mariposa o de la braza o del estilo libre; que Joan Antoni Oltra deje de hurgar por la arena, en busca del déficit oculto; y que los señores y señoras honorables y señorías, vayan a agostarse, hasta donde aguanten y algo más. La política y la gente se lo agradecerá. Y a despropósito, ¿de que órgano 'se está intentando abusar'?, según denunció al PP. Ay, es que el verano.

FLORA Y FAUNAS URBANAS

Rita Barberá, alcaldesa popular de Valencia, ha tenido la bondad de aceptar una propuesta socialista y abrirá un diálogo con los damnificados por la ampliación del IVAM. Ya era hora. La situación de estos vecinos es un monumento al despotismo oficial cuando tantas posibilidades hay de lograr un acuerdo civilizado. ¡Falta de respeto! - Juan y Fernando Roig, empresarios, han anunciado la venta de su voluminoso paquete de acciones del Valencia CF. Su propósito es ensanchar la base social de la entidad, dando opción a los abonados y pequeños accionistas. Excelente gesto comúnmente celebrado. Lo malo del asunto es que, tal como se ha encarecido este mercado, esos títulos acaben en las manos de los acaparadores, habida cuenta de los altos precios que se pagan. Mejor dejar las cosas como están.

Santiago Grisolía, presidente del Consell Valencià de Cultura, ha presentado la memoria anual y, además de poner en un brete aspectos de la política cultural del Gobierno autonómico, le ha dado un varapalo al Museo de la Ilustración y la Modernidad. Antes debió de hacerlo, cuando sólo era un proyecto disparatado. - Rafael Rubio y Ana Noguera, concejales socialistas de Valencia, se han avenido a observar una pausa en sus desavenencias. Es una paz inestable que únicamente podrá solucionarse con unas elecciones primarias. Pero, ¿y si vuelve a ganarlas la citada portavoz? Por el momento, lo único cierto es que han dilapidado el crédito que comenzaba a ganar el grupo de oposición municipal. Hay vicios que parecen definitivamente enquistados.

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