RENUNCIA

Pedro Ferreras presenta su dimisión a Montoro como presidente de la SEPI

La renuncia obliga al titular de Hacienda a preparar el relevo al frente del grupo público

Pedro Ferreras compartió el cargo de subsecretario de Industria con el de presidente de SEPI, heredero del grupo público empresarial del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI). Posteriormente, dejó la subsecretaría para centrarse exclusivamente en el saneamiento del grupo, donde culminó varias privatizaciones ya iniciadas, como la de Endesa; puso en marcha la venta de otras sociedades, como Santa Bárbara y Aceralia, y más recientemente, la salida a Bolsa de Iberia y Ence. Durante su gestión se ha producido la mayor desinversión en el sector público: 35 empresas por las que el Estado ha ...

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Pedro Ferreras compartió el cargo de subsecretario de Industria con el de presidente de SEPI, heredero del grupo público empresarial del antiguo Instituto Nacional de Industria (INI). Posteriormente, dejó la subsecretaría para centrarse exclusivamente en el saneamiento del grupo, donde culminó varias privatizaciones ya iniciadas, como la de Endesa; puso en marcha la venta de otras sociedades, como Santa Bárbara y Aceralia, y más recientemente, la salida a Bolsa de Iberia y Ence. Durante su gestión se ha producido la mayor desinversión en el sector público: 35 empresas por las que el Estado ha ingresado casi tres billones.

Tras las últimas elecciones y el paso de su amigo Josep Piqué al Ministerio de Asuntos Exteriores, Ferreras planteó por primera vez el abandono de la Administración para volver a su bufete -es abogado del Estado- en Barcelona. Sin embargo, quedaba todavía por completar la reorganización del sector público empresarial. Al desaparecer Industria, la SEPI pasó a depender de Hacienda, cartera que asumió con el nuevo Gobierno Cristóbal Montoro. Éste le pidió que siguiera en el cargo, que además de las antiguas empresas públicas que quedaban recibía entonces nuevas responsabilidades. Se trasladaron de titularidad varias empresas de la antigua Dirección de Patrimonio a la SEPI y también el ente público RTVE.

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La dimisión de Ferreras, que ha sido aceptada por Montoro, no tiene una fecha concreta. No obstante, fuentes consultadas han subrayado que probablemente se aprovechará la coyuntura de las vacaciones veraniegas para preparar el relevo. La marcha de Ferreras, en cualquier caso, está muy ceñida a tres acontecimientos muy de actualidad y señalados: la salida a Bolsa de Iberia, la crisis de Aerolíneas Argentinas (que ha recibido cinco ofertas de compra, una de ellas de Eduardo Eurnekián) y el plan de ajuste del ente público RTVE.

Iberia y Aerolíneas

La colocación de Iberia en Bolsa le generó muchos trastornos, ya que tuvo que retrasar varias veces la oferta pública de venta (OPV) por las coyunturas del mercado. Esos retrasos provocaron que los accionistas estables de la compañía a los que se había vendido previamente el 30% de las acciones reclamaran un arbitraje con el objeto de que se dictara un justiprecio. Esos accionistas (Caja Madrid, BBVA, Tabacalera, El Corte Inglés y Ahorro Corporación) querían que el precio que pagaron se redujera al mismo que se fijó en la salida a Bolsa. Sin embargo, Ferreras se opuso desde el principio a los resultados que arrojara dicho arbitraje.

Pero, seguramente, más tormentos que Iberia le ha causado la crisis que ha atravesado Aerolíneas Argentinas, empresa de la que la SEPI cuenta con el 92% del capital. La compañía aérea, que se incorporó al sector público español en 1991 a través de Iberia, se vio abocada a presentar suspensión de pagos el pasado mes de junio tras la negativa de Ferreras a aportar dinero por el rechazo de los sindicatos a aceptar el plan de ajuste propuesto por la SEPI. Ese plan contemplaba, entre otras medidas, la reducción de 1.300 empleos de los 7.000 con que cuenta la compañía.

El estallido de Aerolíneas supuso una oleada de movilizaciones y críticas contra la gestión de la SEPI en esa empresa, que se extendieron a otros intereses españoles en Argentina.

Ajuste de RTVEAhora Ferreras se encuentra involucrado en la reestructuración de Radio Televisión Española (RTVE), tarea primordial que es muy probable que Ferreras no culmine. Por sus manos han pasado ya varios borradores de dicho plan, que debe recibir el visto bueno del Gobierno a propuesta del Ministerio de Hacienda, informa Charo G. Gómez.

El mastodóntico grupo audiovisual, que arrastra endémicos problemas de gestión con una deuda acumulada de 660.000 millones de pesetas, necesita un saneamiento urgente del que se ha encargado la SEPI desde primeros de año. El Gobierno le encargó a Ferreras la elaboración de un plan de viabilidad en el ente público que atajara las millonarias pérdidas anuales (130.000 millones en este ejercicio) y pusiera en marcha fórmulas para suprimir la deuda acumulada y establecer mecanismos estables de financiación.

Entre las opciones barajadas, la SEPI proponía suprimir un tercio de la plantilla del ente público, compuesta por 9.500 personas mediante planes de jubilación, reducir drásticamente los costes, rentabilizar al máximo la venta de espacios publicitarios y titulizar la deuda.

El plan de Ferreras, remitido hace unas semanas al Gobierno, le granjeó enemigos dentro del ente público. Manifiestas han sido las discrepancias con el director general de RTVE, Javier González Ferrari, y con los miembros del Consejo de Administración del ente público.

Pedro Ferreras, a la derecha, con Cristóbal Montoro.EFE

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