Un planeamiento para millón y medio de habitantes

Los 24 municipios del litoral de la provincia de Valencia, que ocupan una superficie de 724 kilómetros cuadrados (apenas el 6%) acogen ahora a algo más de un millón de personas. Sólo el 14% de esa superficie está consolidada como suelo urbano, lo que da una media de 10.116 personas por kilómetro cuadrado urbano (1.414 si se tiene en cuenta toda la superficie), es decir un centenar de valencianos por cada hectárea. Sin embargo, según la cartografía temática de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes titulada Planeamiento Urbanístico en la Comunidad Valenciana, las locali...

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Los 24 municipios del litoral de la provincia de Valencia, que ocupan una superficie de 724 kilómetros cuadrados (apenas el 6%) acogen ahora a algo más de un millón de personas. Sólo el 14% de esa superficie está consolidada como suelo urbano, lo que da una media de 10.116 personas por kilómetro cuadrado urbano (1.414 si se tiene en cuenta toda la superficie), es decir un centenar de valencianos por cada hectárea. Sin embargo, según la cartografía temática de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes titulada Planeamiento Urbanístico en la Comunidad Valenciana, las localidades de la costa mediterránea de esta provincia quieren aumentar sus cascos urbanos en otras 4.424 hectáreas, que darían para dar vivienda a otro medio millón de personas, siempre que se mantengan los modelos urbanos actuales.

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Esta densidad de población, la más elevada de las tres provincias, no esta distribuida de forma similar, y va de las 217 personas del municipio de Valencia a las apenas 3 de Guardamar. No obstate, no se aplica en Valencia el modelo de urbanismo residencial extensivo con tanta frecuencia como en Castellón y, sobre todo, Alicante. Así, y sin contar a municipios con escasa vocación turística, como las localidades más pequeñas de L'Horta Nord, son escasos los ejemplos con bajas densidades de población en suelo urbano: Canet d'en Berenguer (25 personas por hectárea urbana), Puçol (menos de 7), Daimús (17) y Miramar (18).

A pesar de esta situación, se dan numerosos casos de planeamientos urbanísticos que prevén crecimientos poco justificados. Sólo dos municipios han calculado que van a crecer más del doble de su territorio. Se trata de Sagunto, que con 1.387 hectáreas urbanas (el 10% de su superficie) pretende consolidar otra 1.446 (el 11%), y Oliva, que quiere aumentar sus 347 hectáreas (el 6%) en otras 842 (el 14%). Pero la media de los 24 municipios es crecer sólo el 43% (los de Alicante el 70% y los de Castellón el 222%). Aparte de esas hectáreas urbanizables de Sagunto y Oliva, los municipio que más quieren crecer en superficie son Valencia (546) y Gandia (535).

En un tramo de costa ya excesivamente antropizado como es el de esta provincia, los mayores peligros de acosos futuros se dan en el extremo norte -el mencionado Sagunto y Canet d'en Berenguer, un municipio muy pequeño que ya ha recalificado otras 45 hectáreas- y, ya al sur, en el área de Gandia. Esta última ciudad de La Safor, que ya ocupa con cemento el 12% (698 hectáreas) de su superficie espera consolidar, a tenor de su plan general, otro 9% (otras 535). Y ofrece la mayor reserva de suelo urbanizable de la zona junto a las otras cabeceras de la comarca, Oliva y Tavernes de la Valldigna: alrededor de 1.500 hectáreas entre las tres, la tercera parte de toda la provincia.

El planeamiento de esta zona es por lo tanto muy expansivo, y amenaza constantemente a dos de los enclaves más valiosos de la Comunidad Valenciana, el marjal de La Safor y el de Pego-Oliva.

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