OPINIÓN DEL LECTOR

Ya tenemos basurero en Alcorcón

Lo que queda del pinar que está situado a continuación de la gasolinera de la avenida del Pinar se ha convertido en basurero. Ya tenemos el contenedor de basura más grande de todo Alcorcón. Lo bueno es que ahí no tenemos que hacer separación de basura; vidrio por un lado, latas por otro, plástico por allá..., podemos tirar todo al mismo sitio, ya sean pañales usados de bebé, escombro de obras, latas de refresco, etcétera. ¡Todo vale!

¿Que hay que cambiar el cartel publicitario que hay al lado del pinar?, pues nada, hombre, tiramos el cartel que acabamos de cambiar al pinar y ya está, ¡p...

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Lo que queda del pinar que está situado a continuación de la gasolinera de la avenida del Pinar se ha convertido en basurero. Ya tenemos el contenedor de basura más grande de todo Alcorcón. Lo bueno es que ahí no tenemos que hacer separación de basura; vidrio por un lado, latas por otro, plástico por allá..., podemos tirar todo al mismo sitio, ya sean pañales usados de bebé, escombro de obras, latas de refresco, etcétera. ¡Todo vale!

¿Que hay que cambiar el cartel publicitario que hay al lado del pinar?, pues nada, hombre, tiramos el cartel que acabamos de cambiar al pinar y ya está, ¡para qué lo vamos a recoger!, ¿eh?, si tenemos este supercontenedor de basura al lado.

Y, lo mejor de todo, ¿que no tenemos dónde cambiar el aceite del coche o dejar tirada la batería o el filtro del aire que acabamos de cambiar? Pues nada, al pinar, que para eso lo tenemos.

Y, como todo eso no se descompone, lo tenemos de recuerdo en el basurero; por los siglos de los siglos.

Eso sí, si buscas un sitio para sacar a pasear al perro, ¡nada de llevarlo al pinar!, ya que a la gente no le gusta que haga sus necesidades en el campo, aunque éstas al cabo de un mes se hayan descompuesto y desaparecido (ya que eso es lo que ocurre con la materia orgánica).

A nosotros lo que nos gusta es la basura imperecedera, esa que se oxida, que apesta; en fin, que nos recuerda de forma continua lo que somos: ¡unos guarros!

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