OPINIÓN DEL LECTOR

Atención primaria: presente y futuro

Suele denominarse a la Atención Primaria (AP) como la puerta de entrada al sistema sanitario, pero atendiendo a sus funciones, ha de realizar el despistaje de aquellos problemas que precisan de una atención más compleja, atender a los problemas comunes y desarrollar actividades de prevención y de promoción de la salud. El reto para el futuro no es tanto hacer cada vez más cosas sino realizar correctamente las cosas correctas. No obstante, para ello es necesario, entre otros factores, un capital humano suficiente en calidad y cantidad. Si nos atenemos a la comunidad andaluza y según datos del p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Suele denominarse a la Atención Primaria (AP) como la puerta de entrada al sistema sanitario, pero atendiendo a sus funciones, ha de realizar el despistaje de aquellos problemas que precisan de una atención más compleja, atender a los problemas comunes y desarrollar actividades de prevención y de promoción de la salud. El reto para el futuro no es tanto hacer cada vez más cosas sino realizar correctamente las cosas correctas. No obstante, para ello es necesario, entre otros factores, un capital humano suficiente en calidad y cantidad. Si nos atenemos a la comunidad andaluza y según datos del propio SAS referidos al año 1997, la atención especializada absorbió un 55,76% del presupuesto por un 13,74% de la primaria. En cuanto al número de médicos trabajando en AP se pasó de 2.249 en el año 1984 a 4.295 en 1996. La atención especializada pasó de 5.627 a 15.409, respectivamente.

Actualmente, los servicios de salud no sólo deben ocuparse de mejorar los indicadores de morbimortalidad, sino que cada vez se concede más importancia a la mejora de la satisfacción de clientes. Es poco probable que esto se pueda llevar a cabo teniendo en cuenta la creciente insatisfacción entre los médicos de familia que vienen soportando diariamente una excesiva presión asistencial, junto con una importante carga de trabajo administrativo, contemplada incrédulamente por nuestros pacientes que se preguntan cómo es esto posible en pleno siglo XXI. La fórmula secreta para tan ineficiente trabajo no es más que la deficiente organización de los centros de salud y de sus estructuras superiores que denotan, en conjunto, una extraordinaria rigidez Este diario quehacer profesional, junto con una deficiente política de personal y unos recursos insuficientes conforman un horizonte poco esperanzador. Los cambios que se propugnan desde dentro son, a mi entender, excesivamente modestos e insuficientes para dar respuesta a las demandas de la sociedad actual y, evidentemente, de la futura.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En