El testimonio de un grupo de rumanas permite desarticular una red de prostitución

Los testimonios de un grupo de mujeres indocumentadas de origen rumano, explotadas como prostitutas en la Casa de Campo y en las calles de Madrid, han permitido a la policía desmantelar una red de tráfico de prostitución que opera desde Rumania. En total han sido detenidas cinco personas, entre ellas un español. La red traía a las mujeres en los maleteros de los coches; una vez en Madrid, eran maltratadas y esclavizadas.

Según los testimonios que las mujeres ofrecieron a los agentes del Grupo VI de la Brigada de Extranjeros, que las mantiene ocultas al estar consideradas 'testigos prote...

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Los testimonios de un grupo de mujeres indocumentadas de origen rumano, explotadas como prostitutas en la Casa de Campo y en las calles de Madrid, han permitido a la policía desmantelar una red de tráfico de prostitución que opera desde Rumania. En total han sido detenidas cinco personas, entre ellas un español. La red traía a las mujeres en los maleteros de los coches; una vez en Madrid, eran maltratadas y esclavizadas.

Según los testimonios que las mujeres ofrecieron a los agentes del Grupo VI de la Brigada de Extranjeros, que las mantiene ocultas al estar consideradas 'testigos protegidos', las muchachas eran trasladadas a España en grupo en turismos particulares y, en algunas ocasiones, en los vagones de equipajes de los trenes, iniciando la ruta en Rumania y llegando a España tras pasar por Hungría, Austria, Italia y Francia. Para ello, la red se valía de un grupo de pasadores que suministraban a las chicas documentación falsa, la cual, una vez en Madrid, se les retiraba para evitar su fuga. Confinadas en pisos, se les obligaba a ejercer la prostitución bajo amenazas de fuertes palizas o de represalias contra los familiares que quedaban en Rumania, a los que la red tenía controlados en aquel país.

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Las mujeres ejercían la prostitución en la Casa de Campo, polígonos industriales y calles de Madrid, y de los ingresos que obtenían apenas les quedaba nada para ellas. La situación era tal que un grupo decidió fugarse. Sin embargo, fueron localizadas por los miembros de red, que decidieron dar un escarmiento ejemplarizante. Tomaron a una de ellas y la sometieron a una brutal paliza, tras la cual necesitó asistencia médica en un centro hospitalario.

Con los testimonios recogidos se procedió a la detención de cinco personas; cuatro de ellas, de nacionalidad rumana, eran las encargadas de contactar con las chicas en Rumania, de su traslado y de explotarlas bajo amenazas en Madrid. Se trata de Mihai M., de 35 años, con un antecedente por hurto; Marius D., de 22 años, que ya había sido detenido con anterioridad en dos ocasiones; Mihai B., de 22 años, que tiene prohibida la entrada en Alemania, y Angélica S., de 21 años. El quinto detenido es el español Sergio S., de 22 años.

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