Hallada una urna con las cenizas de un muerto en aguas de Benalmádena

Una urna funeraria -por cuyo hallazgo recibió una submarinista de nueve años el premio a la pieza más original-, un tostador y un orinal fueron algunos de los objetos que se descubrieron ayer durante la limpieza de los fondos del puerto de Benalmádena (Málaga), desarrollada con motivo del Día Ecológico.

Los organizadores de esta quinta jornada medioambiental decidieron esparcir por el mar las cenizas del difunto, que permanecían en el interior de la urna, para así retirarla del fondo marino.

Junto a estas piezas, los 37 submarinistas participantes encontraron otras como una caja ...

Una urna funeraria -por cuyo hallazgo recibió una submarinista de nueve años el premio a la pieza más original-, un tostador y un orinal fueron algunos de los objetos que se descubrieron ayer durante la limpieza de los fondos del puerto de Benalmádena (Málaga), desarrollada con motivo del Día Ecológico.

Los organizadores de esta quinta jornada medioambiental decidieron esparcir por el mar las cenizas del difunto, que permanecían en el interior de la urna, para así retirarla del fondo marino.

Junto a estas piezas, los 37 submarinistas participantes encontraron otras como una caja fuerte cerrada y oxidada, una embarcación pequeña, el motor de un fueraborda, baterías de barco, una mesa de terraza, una silla-hamaca, un toldo y hasta un paraguas.

Más de 2.000 kilogramos de residuos, situados a una profundidad de entre dos y cuatro metros y medio, fueron recogidos del fondo marino tras el rastreo, de los que 40 kilos correspondían a elementos contaminantes extraídos por los buceadores del club Los Delfines.

El Día Ecológico, organizado por el Ayuntamiento de Benalmádena en colaboración con el centro de buceo y el club Los Delfines de la localidad, concluyó con la entrega de otros premios al motor de un fueraborda como el objeto más valioso, a una batería de barco como el más contaminante y a un barco de fibra como la pieza más grande. También fueron galardonados la submarinista Aida Requena, que encontró la urna funeraria, como la buceadora más joven, y Antonio Cárdenas, de 59 años, como el más veterano.