La inflación se dispara en toda Europa y deja en evidencia al BCE

Los precios se dispararon en abril en gran parte de Europa. El fuerte aumento de la inflación de España, Alemania, Francia y Holanda, que rondó el medio punto, deja en evidencia al Banco Central Europeo (BCE), que prefirió no esperar a conocer esos datos para bajar los tipos de interés un día antes. La principal causa que ha afectado a todas las economías fue el precio de la energía. En España, donde también repercutieron notablemente los servicios, el incremento de 0,5% devuelve la inflación interanual al 4% en que acabó el año pasado.

El BCE sorprendió el jueves a Europa con la bajada...

Los precios se dispararon en abril en gran parte de Europa. El fuerte aumento de la inflación de España, Alemania, Francia y Holanda, que rondó el medio punto, deja en evidencia al Banco Central Europeo (BCE), que prefirió no esperar a conocer esos datos para bajar los tipos de interés un día antes. La principal causa que ha afectado a todas las economías fue el precio de la energía. En España, donde también repercutieron notablemente los servicios, el incremento de 0,5% devuelve la inflación interanual al 4% en que acabó el año pasado.

El BCE sorprendió el jueves a Europa con la bajada de un cuarto de punto del precio del dinero. Ayer, la sorpresa cambió el cariz con los negativos datos de inflación de cuatro de los principales países de la zona euro, entre ellos España. Los fuertes incrementos experimentados en abril han puesto en cuestión el mensaje dado por el banco central sobre el control de la inflación, que ha alcanzado cotas desconocidas desde hace años en alguno de los países. El 2,9% interanual que alcanza Alemania, tras subir el 0,4%, no se conocía desde 1994 y el 4,9% que ha alcanzado Holanda no se registraba desde 1982. En Francia, aunque subió el 0,4% y la interanual llega al 1,8%, se mantiene en un porcentaje que cumple con el objetivo del 2% del BCE.

España sigue lejos de esas previsiones. Los precios subieron el 0,5% y la inflación anual se sitúa en el 4%, justo el doble del objetivo para el ejercicio. Las principales causas fueron los precios energéticos, incluido el butano, y de los servicios. En España no influyó el precio de la carne, uno de los motivos clave del fuerte aumento del resto de Europa.

La inflación subyacente, que no cuenta estos componentes más volátiles (energía y alimentos), estuvo más controlada (en España subió una décima, hasta el 3,4%) y deja abierta una puerta a la esperanza de que la inflación pueda moderarse en la segunda parte del año, como esperan los Gobiernos y el propio BCE.