Ronnie Biggs vuelve a estar entre rejas 35 años después de su fuga

Su defensa apelará por razones de salud

Rodeado de medio centenar de agentes de Scotland Yard, el detective John Coles hizo entrega de la orden de arresto y condujo a Biggs, de 71 años, ante un juez de Londres. La vista apenas duró unos segundos, los suficientes para que el anciano delincuente confirmara con un gesto su identidad. Un par de embolias han dejado sin habla y parcialmente paralítico al hasta ayer fugitivo de la justicia británica. Pero el análisis médico preliminar no impidió su regreso a prisión 35 años después de su arriesgada huida de la cárcel de Wansworth, al sur de Londres. Su nueva residencia, en la prisión de al...

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Rodeado de medio centenar de agentes de Scotland Yard, el detective John Coles hizo entrega de la orden de arresto y condujo a Biggs, de 71 años, ante un juez de Londres. La vista apenas duró unos segundos, los suficientes para que el anciano delincuente confirmara con un gesto su identidad. Un par de embolias han dejado sin habla y parcialmente paralítico al hasta ayer fugitivo de la justicia británica. Pero el análisis médico preliminar no impidió su regreso a prisión 35 años después de su arriesgada huida de la cárcel de Wansworth, al sur de Londres. Su nueva residencia, en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, que dispone de facilidades hospitalarias, puede ser una escala temporal dada la intención de sus representantes legales de iniciar trámites de apelación.

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'Su salud no es buena. Las autoridades son conscientes de la situación y recibirá atención médica lo antes posible', señaló su abogada. En la vista de ayer, se reafirmó la sentencia original: 30 años entre rejas de los que Biggs sólo ha cumplido dos, pero no se tuvo en cuenta el delito adicional de huida de la justicia. Sus familiares apuestan por una remisión de la pena en respuesta a su entrega voluntaria y su debilitada salud. Aunque popular entre los británicos, Biggs no se ha ganado el perdón de todos con su planeado regreso del exilio costeado por el rotativo sensacionalista.

El código ético de la prensa británica sólo permite contratos lucrativos con criminales convictos en casos de 'interés público', y ayer la Comisión de Quejas anunció que investigará la situación.

Ronnie Biggs, ayer, en una comisaría de Londres, camino del juzgado.AP
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