Dieta mixta

Lo extraordinario de la presencia de rapaces en la ciudad y en Montjuïc es que viven y prosperan en entornos urbanos o periurbanos enormemente transformados por el hombre. Inmediatamente surge la pregunta: ¿de qué se alimentan estas rapaces urbanas?

Los datos recogidos hasta ahora indican que los halcones peregrinos se alimentan en un 50% de palomas, como era de esperar, y como segunda presa en importancia capturan cotorras argentinas, una especie exótica que ha prosperado por toda la ciudad. Sergi García explica que los halcones capturan muchas cotorras porque son presas fáciles ya qu...

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Lo extraordinario de la presencia de rapaces en la ciudad y en Montjuïc es que viven y prosperan en entornos urbanos o periurbanos enormemente transformados por el hombre. Inmediatamente surge la pregunta: ¿de qué se alimentan estas rapaces urbanas?

Los datos recogidos hasta ahora indican que los halcones peregrinos se alimentan en un 50% de palomas, como era de esperar, y como segunda presa en importancia capturan cotorras argentinas, una especie exótica que ha prosperado por toda la ciudad. Sergi García explica que los halcones capturan muchas cotorras porque son presas fáciles ya que su vuelo es rectilíneo y más lento que el de las palomas. Los cernícalos que viven en el interior de la ciudad presentan una dieta basada en la captura de pájaros, entre los que no faltan las especies exóticas como los picos de coral, otra ave escapada de jaulas y que se reproduce espontáneamente en Barcelona. Los expertos piensan que la actividad predadora de los cernícalos puede frenar la expansión de estos exotismos, ya que las aves de jaula escapadas accidentalmente son una presa muy fàcil para este predador, y se conocen capturas de periquitos.

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¿Y los cernícalos de Can Tunis? ¿Dónde se alimentan? Probablemente en las zonas agrícolas que quedan en los alrededores de L'Hospitalet, El Prat y en el delta del Llobregat. Los naturalistas critican la enorme reducción de superficie agrícola que ha experimentado esta zona en los últimos años, y no dejan de asombrarse ellos mismos de la persistencia de las rapaces. Por ello insisten una y otra vez en la necesidad de proteger los acantilados de Montjuïc para evitar que alguna nueva infraestructura la acabe arrasando.

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