La Junta carece de recursos para tratar en sus casas a 10.000 enfermos mentales

130.000 andaluces acudieron el año pasado a la consulta pisiquiátrica

A veces les dan el alta a los enfermos porque el atasco, en el caso de la Unidad de Agudos de Psiquiatría del hospital Macarena de Sevilla es tal que en en su casa, o en cualquier otra parte, estarían mejor. La situación es ya insostenible. 'Tenemos que poner camas en los pasillos y, en una habitación en la que sólo caben dos personas, metemos a cuatro', resume un enfermero. La unidad cuenta con 53 camas, pero ha habido días en los que se han necesitado 20 camas más. La media de ingresos díaria, vía urgencias, es de 18 pacientes.

Carlos Dueñas, psiquiatra, y coordinador del Área de Salu...

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A veces les dan el alta a los enfermos porque el atasco, en el caso de la Unidad de Agudos de Psiquiatría del hospital Macarena de Sevilla es tal que en en su casa, o en cualquier otra parte, estarían mejor. La situación es ya insostenible. 'Tenemos que poner camas en los pasillos y, en una habitación en la que sólo caben dos personas, metemos a cuatro', resume un enfermero. La unidad cuenta con 53 camas, pero ha habido días en los que se han necesitado 20 camas más. La media de ingresos díaria, vía urgencias, es de 18 pacientes.

Carlos Dueñas, psiquiatra, y coordinador del Área de Salud Mental del citado hospital, reconoce que, en psiquiatría, no es bueno mezclar, por ejemplo, las personas deprimidas con los maniacos. Dueñas reconoce también que la situación es, cuando menos, 'alarmante', por no decir insostenible.

'Sin negar lo que se ha conseguido hasta ahora', explica Dueñas, 'muchos de los sueños planteados en la Reforma Psiquiátrica de 1984 se han quedado en el camino'. Hace falta dinero. 'Entre 1.000 y 2.000 millones como mínimo', apunta. El otro talón de Aquiles es la escasez de personal cualificado. Hay quien cree que es necesario duplicar el número de psiquiatras y triplicar el de enfermería especializada en salud mental. El tercer aspecto a resaltar es el que apunta a la sociedad: 'Deberíamos decir de una vez y en voz alta si esta sociedad está dispuesta a tolerar conductas distintas. El enfermo mental, sea de la clase social que sea, sigue siendo un apestado y eso debe cambiar', señala el psiquiatra.

Tal vez por eso la OMS, para celebrar, mañana, el Día Mundial de la Salud Mental ha elegido el lema Sí a la atención, no a la exclusión. Y es que esos enfermos mentales agudos, entre los que se mezclan 'drogadictos, mendigos, personas sin techo...', cita Dueñas, y que se pasan entrando y saliendo, año tras año, de alguna de las 19 Unidades de Agudos -508 camas en total para toda Andalucía- que hay en los hospitales del SAS, una de las dificultades que encuentran para rehacer sus vidas es el la del rechazo social.

El problema del hospital Macarena es común a la mayoría de los centross. Las 12 comunidades terapéuticas existentes (180 camas), o los 71 equipos de salud mental de Atención Primaria son incapaces de evitar que los enfermos mentales agudos sigan yendo, una y otra vez, al hospital.

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