Putin sitúa a dos civiles al frente de los ministerios de Defensa e Interior

Una mujer será la 'número dos' de las Fuerzas Armadas rusas

Dos días después de cumplir un año como presidente electo, Vladímir Putin efectuó ayer el primer reajuste de su Gobierno, aunque sin deshacerse de su primer ministro, Mijaíl Kasiánov. Son cambios importantes, pero no la revolución que algunos profetizaban. El objetivo teórico es modernizar las estructuras militares y poner al frente de ellas a civiles. Serguéi Ivanov, hasta ahora secretario del Consejo de Seguridad, será ministro de Defensa, y Borís Grizlov, portavoz parlamentario del partido Unidad, se hará cargo de Interior.

En una declaración televisada, Putin resumió en una frase el...

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Dos días después de cumplir un año como presidente electo, Vladímir Putin efectuó ayer el primer reajuste de su Gobierno, aunque sin deshacerse de su primer ministro, Mijaíl Kasiánov. Son cambios importantes, pero no la revolución que algunos profetizaban. El objetivo teórico es modernizar las estructuras militares y poner al frente de ellas a civiles. Serguéi Ivanov, hasta ahora secretario del Consejo de Seguridad, será ministro de Defensa, y Borís Grizlov, portavoz parlamentario del partido Unidad, se hará cargo de Interior.

En una declaración televisada, Putin resumió en una frase el objetivo de la remodelación ministerial: 'Es un paso hacia la desmilitarización de la vida pública rusa'. Ivanov, primer civil que dirige el Ministerio de Defensa en la historia de Rusia, prometió que el país contará con unas Fuerzas Armadas 'profesionales, móviles y eficaces', y anunció un aumento tanto de los salarios como de los recursos materiales del Ejército, que calificó de 'catastróficamente insuficientes'. También confirmó la creación de fuerzas espaciales independientes, que se ocuparán de los misiles estratégicos.

El nuevo secretario del Consejo de Seguridad será el hasta ahora ministro del Interior, Vladímir Rushailo. El reajuste gubernamental se completa con la salida de Yevgueni Adamov del Ministerio de Energía Atómica, donde es sustituido por Alexandr Rumiantsev, hasta ahora director del instituto nuclear moscovita Kurchátov. Putin declaró que aceptó la renuncia de Adamov, cuya labor elogió, pero el ministro estaba en la cuerda floja, investigado por una comisión de la Duma (Cámara baja del Parlamento ruso) y denunciado por Greenpeace por seguir haciendo negocios en su delicada rama de actividad, no siempre totalmente limpios, tras su llegada al Gobierno.

El Ministerio de Energía Atómica es el principal impulsor de la propuesta de importar y almacenar en Rusia desechos nucleares procedentes de Occidente. Se trataría de un negocio de casi cuatro billones de pesetas pendiente tan sólo de que se apruebe en la Cámara baja la propuesta de ley que daría vía libre al proyecto. La intención de Greenpeace y otras organizaciones ecologistas de evitarlo con el recurso al referéndum quedó bloqueada por la anulación de centenares de miles de firmas.

Serguéi Ivanov, ex compañero de Putin en las filas del KGB (Comité de Seguridad del Estado soviético) y su hombre de confianza en los últimos tiempos, sonaba como candidato a ministro de Defensa, pero también a jefe de Gobierno. Ante tales expectativas, su nombramiento sabe a poco, sobre todo porque el primer ministro Kasiánov sigue sin dar la impresión de estar muy asentado en su despacho de la Casa Blanca (sede del Gobierno). Sin embargo, la explicación de Putin no pudo ser más coherente: Ivanov dirigió la comisión de reforma militar, y lo lógico es que sea él mismo quien aplique lo que se decidió, en línea con la modernización y profesionalización de las Fuerzas Armadas rusas.

En sentido estricto, Ivanov es un civil, aunque pasó a retiro con el grado de teniente general del FSB (heredero del KGB). La desmilitarización del Ministerio de Defensa se refuerza con el nombramiento de una mujer (hecho sin precedentes) como viceministra: Liubov Kudélina, hasta ahora con el mismo cargo en Finanzas. Kudélina dirigió durante varios años el departamento del Complejo de Defensa y de los Órganos de Orden Público del mismo ministerio de Finanzas. En ese puesto controlaba el dinero que se entregaba a los militares y a la policía. El ministro cesante, el mariscal Ígor Serguéyev, envuelto en una disputa de competencias con su jefe de Estado Mayor, Anatoli Kvashnín, pasa a ser asesor del presidente.

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El nombramiento de Rushailo como secretario del Consejo de Seguridad ha sido un tanto inesperado, aunque en los últimos años se ha revelado como un pragmático y un superviviente nato, capaz de superar la catalogación como un hombre del magnate Borís Berezovski para convertirse en un fiel hombre del presidente. Ésta ha sido también la principal credencial de Grizlov. Desde la Duma, ha prestado magníficos servicios al Kremlin, a cuya sombra nació y creció el partido Unidad, que, a estas alturas, todavía está por desarrollar una ideología propia. Putin aseguró que se trata de un 'nombramiento político' destinado, como el de Ivanov en Defensa, a desmilitarizar el Ministerio del Interior, que tiene su propio Ejército.

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