OPINIÓN DEL LECTOR

El metro de Sevilla

Envío esta carta porque creo que sería buena idea hacerse eco de un 'imprevisto', por llamarlo de alguna manera, que ha tenido lugar en torno al 'Concurso de ideas para la creación del logotipo y manual de identidad corporativa' convocado por la empresa Metro de Sevilla S.A. Un asunto muy feo que es, en mi opinión, bien representativo de la actitud bastante generalizada que existe, por parte de determinadas entidades, hacia la profesión y el ejercicio del diseño. Y más, cuando acabamos de clausurar lo que iba a ser el 'acontecimiento integrador de todas las facetas del diseño', 'la llave que a...

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Envío esta carta porque creo que sería buena idea hacerse eco de un 'imprevisto', por llamarlo de alguna manera, que ha tenido lugar en torno al 'Concurso de ideas para la creación del logotipo y manual de identidad corporativa' convocado por la empresa Metro de Sevilla S.A. Un asunto muy feo que es, en mi opinión, bien representativo de la actitud bastante generalizada que existe, por parte de determinadas entidades, hacia la profesión y el ejercicio del diseño. Y más, cuando acabamos de clausurar lo que iba a ser el 'acontecimiento integrador de todas las facetas del diseño', 'la llave que abra Andalucía al conocimiento, encuentro, descubrimiento y uso del diseño': la Feria del Diseño, promovida por la Junta de Andalucía y celebrada en el 1999-2000.

La Sociedad Metro de Sevilla convocó en noviembre pasado el 'Concurso de ideas para la creación del logotipo y manual de identidad corporativa' del metro de esa ciudad. Cuando la fecha del fallo estaba próxima nos han comunicado, a los participantes, que el concurso había sido declarado, no desierto, sino 'sin efecto'... 'a fin de efectuar a continuación nueva convocatoria para asegurar la objetividad del procedimiento', dicen. La desafortunada decisión parece tener que ver con un supuesto conflicto legal en uno de los puntos de las bases, el que hacía referencia a la no devolución de los originales.

Comprenderán mi mal humor si les digo que fueron meses de trabajo los que dediqué al proyecto y, aunque es cierto que uno acepta, al concursar, una serie de normas (a veces leoninas), también se presupone una cierta profesionalidad por parte de la entidad que convoca el concurso. Creo que cosas así hacen dudar de la transparencia en los procedimientos de selección y no al contrario, como ellos pretenden.

Podían haberse enterado mejor de cómo redactar unas bases y no esperar al último momento para retractarse. Seguro que no hay muchas otras maneras de manifestar el más absoluto desprecio por el concursante.-

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