Mascletà de sonidos

Los conciertos falleros de la SER en los Jardines de Viveros arrancaron el jueves con sabor valenciano, con Girasoules y Seguridad Social como protagonistas junto a Los Elefantes. Los primeros llegaron cargados de novedades, dado que repasaron en público la mayoría de las aún inéditas canciones de su nuevo álbum, Cuenta conmigo, que aún no se ha salido al mercado, con alguna incursión adicional en el pasado reciente.

Seguridad Social, en cambio, se cebó, tal y como anunció al comienzo Jose Manuel Casañ, en 'nuestros grandes éxitos'. Así que despegaron en plan muralla eléctrica co...

Los conciertos falleros de la SER en los Jardines de Viveros arrancaron el jueves con sabor valenciano, con Girasoules y Seguridad Social como protagonistas junto a Los Elefantes. Los primeros llegaron cargados de novedades, dado que repasaron en público la mayoría de las aún inéditas canciones de su nuevo álbum, Cuenta conmigo, que aún no se ha salido al mercado, con alguna incursión adicional en el pasado reciente.

Seguridad Social, en cambio, se cebó, tal y como anunció al comienzo Jose Manuel Casañ, en 'nuestros grandes éxitos'. Así que despegaron en plan muralla eléctrica con El ritmo del corazón y La camisa de once varas, para después atemperar el sonido y enriquecer el ritmo, apoyados atrás por las baquetas de Rafa Villalba, con los recuerdos latinos de El viajero o Quiero tener su presencia, viajando a los setenta al reeditar a Tequila con el retozón Salta!, para brincar a los ochenta con su primer éxito, aquel desbocado Comerranas. Se trataba del reencuentro del grupo con su público, ya que, según recordaron los presentadores de la Cadena 40, Seguridad Social llevaba varios años sin actuar en Valencia.

Para dar fe de la diversidad melómana de la ciudad, a dos kilómetros, un club lleno a rebosar, el Jimmy Jazz, redondeaba una pequeña hazaña local, con una quincena de jazzmen turnándose en escena (en principio eran 10, pero el espíritu de una jam session no respeta planes). Hubo algún pasaje en que sonaban gozosos hasta cinco vientos al unísono. Era la Noche de homenaje al be-bop, una soberbia y divertida tormenta de ideas sonoras que, por instantes, convirtió a la calle Baja del Carmen en la 52th Street, y que algunos tardarán en olvidar.

La diversidad de focos de atención se repitió anoche, con Hevia, La Oreja de Van Gogh y Guaraná en Viveros, un maratón de música indepediente en General Llorens, otro de heavy rock en Repúblicca y los conciertos del Roxy Club, con Bettie Serveet y Fangoria como protagonistas.