Reportaje:

12 kilómetros a pie para ir a clase

35 alumnos de Vilanova i la Geltrú se desplazan cada día andando hasta la escuela del barrio de Tacó

Un total de 35 niños del barrio de la Collada-Sis Camins de Vilanova i la Geltrú, alumnos que cursan desde P3 hasta sexto de Primaria, se desplazan diariamente a la escuela pública del barrio del Tacó, en el mismo municipio, recorriendo distancias de hasta 12 kilómetros, entre ida y vuelta.

Algunos de los alumnos llevan cinco años de caminatas en sus piernas sin que hasta ahora se haya podido encontrar alguna solución de transporte escolar, según han denunciado los padres de los alumnos.

En el barrio de la Collada hay dos centros de Primaria, la Escuela Cossetània y El Margalló, ...

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Un total de 35 niños del barrio de la Collada-Sis Camins de Vilanova i la Geltrú, alumnos que cursan desde P3 hasta sexto de Primaria, se desplazan diariamente a la escuela pública del barrio del Tacó, en el mismo municipio, recorriendo distancias de hasta 12 kilómetros, entre ida y vuelta.

Algunos de los alumnos llevan cinco años de caminatas en sus piernas sin que hasta ahora se haya podido encontrar alguna solución de transporte escolar, según han denunciado los padres de los alumnos.

En el barrio de la Collada hay dos centros de Primaria, la Escuela Cossetània y El Margalló, pero estos alumnos no han encontrado plaza en esas escuelas y deben desplazarse hasta la del Tacó.

Los dos barrios están unidos por la línea de autobús urbano, la única que funciona en Vilanova actualmente, pero el recorrido del autobús entre la zona de la Collada, punto de inicio de la línea, y el barrio del Tacó, parada de final de trayecto, es de 45 minutos, por lo que muchos alumnos prefieren ir a la escuela a pie.

Maribel Manchón, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de la escuela del Tacó, califica la situación de 'muy grave' y denuncia el sentimiento de desamparo de los padres, que reciben una ayuda 'testimonial' de 7.000 pesetas al año para transporte escolar del Consejo Comarcal del Garraf, que gestiona las becas y ayudas para el transporte escolar.

'Con las 7.000 pesetas no se arregla nada. A una familia con dos hijos, el autobús y el comedor escolar de los dos niños le cuestan unas 38.000 pesetas mensuales', explica Maribel Manchón.

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El billete de autobús cuesta 115 pesetas por persona, por lo que los viajes de una madre y dos hijos suponen cerca de 20.000 pesetas mensuales en trayectos, siempre que los niños se queden al mediodía a comer en el centro.

'Si no se quedan a comer, los niños salen a las doce, cogen el autobús, llegan a las 13.15 horas a su casa y una hora más tarde deben estar otra vez en el autobús si quieren llegar a las tres. Todo esto dando por supuesta la puntualidad del autobús, lo que deja un margen de 45 minutos para comer', explica Maribel Manchón.

La odisea matutina del autobús urbano empieza a las 7.45 horas para llegar a las nueve al centro. 'Se llega antes a pie', asegura Manchón, por lo que muchos alumnos recorren la distancia caminando.

Los padres de los alumnos no se explican cómo no puede resultar rentable fletar un autobús con 35 plazas garantizadas de ida y vuelta.

La única esperanza para los padres ha llegado del Consejo Comarcal del Garraf, que les ha propuesto unir los 35 alumnos de primaria con la decena larga de alumnos de primero y segundo de ESO del Instituto Joaquim Mir, situado junto a la escuela del Tacó. 'A ver si así podemos conseguir un autobús escolar, porque todos los alumnos, los de la escuela y los del instituto, tienen el mismo horario', dice Maribel Manchón.

Según el concejal de Educación del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú, Francesc Vila, esta situación puede agravarse el próximo curso, ya que el Consejo Escolar ha aprobado que Vilanova se convierta en una zona única a efectos de educación.

El responsable municipal de Educación señala que la aprobación de la zona única saturará rápidamente la demanda de plazas en los centros escolares situados en las zonas más céntricas. 'Éstos quedarán con las plazas copadas muy rápidamente, y el resto de los alumnos serán rebotados a los centros escolares de la periferia', augura Vila.

El concejal de Vía Pública de Vilanova, Joan Benet, asegura que el Ayuntamiento está a la espera de los resultados de un estudio de movilidad urbana que se ha confeccionado a partir de 700 encuestas efectuadas a los usuarios del autobús urbano durante todo el año. También se ha preguntado a 300 usuarios, turistas y visitantes de la ciudad en verano. 'Cuando tengamos los resultados intentaremos ver si podemos proponer una línea, en función de la demanda, que se adapte a las necesidades de los escolares', señala Benet.

La actual normativa no establece que la Generalitat deba asumir el transporte escolar para los alumnos que residen en el mismo término municipal en el que se encuentra el centro educativo. Así, el transporte escolar sólo se facilita a los que deben desplazarse fuera de su localidad de residencia, lo que permite situaciones tan injustas como la que soportan estos 35 niños del barrio de la Collada-Sis Camins de Vilanova i la Geltrú.

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