INVESTIGACIÓN

Autotrasplante de ovario para preservar su función en jóvenes tratadas de cáncer

Un estudio español revela que la gónada se recupera a los cinco meses

Las investigaciones que sobre este campo se están desarrollando en España han sido presentadas en Madrid en el IV Symposium Internacional de Ginecología Endocrinológica y Menopausia, que organizan el Instituto Palacios y la Fundación Europea Mujer y Salud. Según Justo Callejo, del servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital universitario Sant Joan de Déu de Barcelona, la terapia hormonal sustitutiva en las pacientes jóvenes con fallo ovárico 'sólo consigue diferir unos años los eventuales problemas derivados de esta situación, puesto que por el momento, la duración de este tipo de terap...

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Las investigaciones que sobre este campo se están desarrollando en España han sido presentadas en Madrid en el IV Symposium Internacional de Ginecología Endocrinológica y Menopausia, que organizan el Instituto Palacios y la Fundación Europea Mujer y Salud. Según Justo Callejo, del servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital universitario Sant Joan de Déu de Barcelona, la terapia hormonal sustitutiva en las pacientes jóvenes con fallo ovárico 'sólo consigue diferir unos años los eventuales problemas derivados de esta situación, puesto que por el momento, la duración de este tipo de terapia está limitada en el tiempo'.

En lo que concierne a la reproducción, se puede recurrir a la donación de ovocitos, pero 'es un mal menor, ya que el futuro hijo no lleva la carga genética de la propia madre', dice Justo Callejo.

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En septiembre de 1999 Callejo publicó en la revista médica Fertility un trabajo desarrollado durante tres años en modelos animales, a los que se había practicado un trasplante subcutáneo de ovario. El trabajo demostró que el implante de tejido ovárico empezaba a segregar estrógenos en cantidades fisiológicas y durante más de seis meses en un animal con una esperanza de vida de tres años. También, según Callejo, se han realizado estudios sobre la criopreservación del ovario una vez extraído y antes de ser reimplantado.

Desde noviembre de 1998 el equipo de este ginecólogo realiza sus investigaciones en humanos. Participan voluntarias que han de ser sometidas a intervenciones quirúrgicas por procesos ginecológicos benignos, así como pacientes oncológicas a las que hay que preservar un ovario ante la necesidad de recibir quimioterapia y radioterapia. A este segundo grupo de pacientes se les practica mediante laparoscopia la extracción de un ovario antes de ser sometidas al tratamiento oncológico.

'El comité de ética del hospital', explica Callejo, 'ha propuesto sólo la extracción de un ovario, ante la posibilidad, aunque en algunos casos sea remota, de que el otro conservase su función tras la quimioterapia y radioterapia'.

El ovario extraído se congela mediante avanzadas técnicas de criopreservación y, finalizado el tratamiento anticanceroso, será autoimplantado subcutáneamente, con anestesia local, en el brazo o en el abdomen cuando la paciente lo desee.

El objetivo de situar el tejido ovárico implantado en esta nueva ubicación es facilitar el acceso a los métodos diagnósticos (ecografía, radiología, citología, histología) y a las técnicas de reproducción asistida (control de estimulación ovárica, punciones foliculares).

La experiencia acumulada en el grupo de voluntarias por este equipo desde noviembre de 1998 revela que, a los cinco meses, el ovario implantado de forma subcutánea recupera la función endocrina.

'Todavía no tenemos ninguna conclusión acerca de la función reproductiva', dice Callejo, 'puesto que tiene que pasar tiempo hasta que nuestras pacientes, la mayoría de entre 14 y 18 años, se encuentren en la situación de desear tener un hijo. Pero seguramente en unos años esta nueva posibilidad se convierta en una opción más de las técnicas de reproducción asistida'.

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