Las recetas políticas de Mas

Alertados previamente por sus profesores de que las preguntas en una conferencia de prensa no pueden ser ni hirientes ni insultantes, unos 70 alumnos de periodismo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona tuvieron la oportunidad ayer de conocer de primera mano las recetas políticas del recién nombrado conseller en cap del Gobierno catalán, Artur Mas. Los estudiantes se aplicaron en la tarea de someter al consejero a un sinfín de preguntas, la mayoría políticamente correctas, que seguramente a Mas le supieron a gloria comparadas con las que tiene que responder últimamente en l...

Alertados previamente por sus profesores de que las preguntas en una conferencia de prensa no pueden ser ni hirientes ni insultantes, unos 70 alumnos de periodismo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona tuvieron la oportunidad ayer de conocer de primera mano las recetas políticas del recién nombrado conseller en cap del Gobierno catalán, Artur Mas. Los estudiantes se aplicaron en la tarea de someter al consejero a un sinfín de preguntas, la mayoría políticamente correctas, que seguramente a Mas le supieron a gloria comparadas con las que tiene que responder últimamente en las conferencias de prensa del Consell Executiu o tras las ejecutivas de Convergència Democràtica.

Mas no se amilanó y exhibió su estilo más al goreano ante un público veinteañero y mayoritariamente femenino. Pero se abstuvo de dar rienda suelta a sus comentarios ante la presencia de periodistas que no estaban haciendo prácticas y que esperaban las más que seguras preguntas de los estudiantes sobre las últimas palabras de la esposa del presidente de la Generalitat, Marta Ferrusola, y el ex presidente del Parlament Heribert Barrera contra los inmigrantes, o acerca de la multitudinaria manifestación del pasado domingo en protesta por el Plan Hidrológico Nacional.

Una estudiante, que para la ocasión se identificó como profesional de TV-3, le lanzó una de las preguntas más directas, tras recriminarle su apoyo a las manifestaciones 'xenófobas' de la esposa del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. 'Yo no valoré las manifestaciones de Marta Ferrusola', afirmó el consejero jefe, 'me limité a constatar que lo que decía lo piensa mucha gente, pero no se puede hacer un montaje de todo esto y más sobre una persona que no tiene ninguna responsabilidad institucional'.

Otro alumno le espetó que en la actual legislación no aparece la figura de conseller en cap, sino que tan sólo está reconocida la delegación de funciones por parte del presidente, y que por este motivo no entiende su airada reacción cuando los socialistas le llaman conseller delegat. 'Mire, la oposición lo hace para rebajarme. A los socialistas les revienta y les da rabia que el presidente haya dado este paso. Maragall rezuma esta rabia interior y, aunque quiera disimularla, se le nota por todas partes', contestó Mas. Fue uno de los comentarios más críticos del consejero, junto a otro sobre la persona del conservador Aleix Vidal-Quadras, de quien dijo que sufre una 'obsesión enfermiza contra todo lo que significa el catalán'.

Un alumno, éste identificado como profesional de Radio España, pidió a Mas que respondiera en castellano una pregunta sobre si Pujol se jubilará o continuará 'omnipresente como Arzalluz'. 'No descarto que Pujol nos dé una sorpresa y se jubile con todas las consecuencias, pero sería una lástima', matizó. Y añadió que espera que su 'jubilación' no comporte una caída de votos para CiU en las elecciones de 2003. Pero aunque así fuera, Mas confía en que la coalición nacionalista se mantenga unida.

Mas demostró tener fórmulas para todo, incluso para acabar de raíz con los problemas de delincuencia en la ciudad de Barcelona. A juicio del consejero, que precisó que no existen 'recetas milagrosas', la primera medida que habría que tomar sería 'cambiar de alcalde', y censuró la política de Joan Clos por 'bajar la guardia porque dentro de unos años la competencia será de los Mossos'.