Las razones del arraigo

Los socialistas pusieron ayer especial énfasis en su propuesta de conceder permisos de residencia transitoria a todos aquellos inmigrantes indocumentados que tengan una oferta de trabajo. A medio plazo, Gobierno y PSOE coinciden en que hay que fomentar "la política de la legalidad", es decir, que todos los inmigrantes vengan a España con contrato de trabajo. Otra cosa es lo inmediato. Y aquí es donde los socialistas sugieren que, para poder evitar las temidas explusiones, los inmigrantes puedan exhibir como garantía una oferta de empleo.

De hecho, la nueva ley establece en el punto 4 de...

Los socialistas pusieron ayer especial énfasis en su propuesta de conceder permisos de residencia transitoria a todos aquellos inmigrantes indocumentados que tengan una oferta de trabajo. A medio plazo, Gobierno y PSOE coinciden en que hay que fomentar "la política de la legalidad", es decir, que todos los inmigrantes vengan a España con contrato de trabajo. Otra cosa es lo inmediato. Y aquí es donde los socialistas sugieren que, para poder evitar las temidas explusiones, los inmigrantes puedan exhibir como garantía una oferta de empleo.

De hecho, la nueva ley establece en el punto 4 de su artículo 31 que podrá otorgarse un permiso de residencia temporal cuando concurran razones humanitarias, circunstancias excepcionales o cuando se acredite una situación del arraigo. Y remite la resolución de estos casos a lo que se establezca en el Reglamento de la ley.

El borrador del Reglamento, todavía en fase de discusión, define precisamente en la línea que plantea el primer partido de la oposición uno de los requisitos para acreditar el arraigo: la incorporación real o potencial al mercado de trabajo.

Jesús Caldera también pidió al ministro la inmediata incorporación al pretendido pacto de Estado sobre inmigración de sindicatos y empresarios, como principales artífices de la canalización de los flujos. E insistió igualmente en el protagonismo que deben tener las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Jaime Mayor y Caldera estuvieron solos durante media hora; después se incorporaron a una almuerzo la responsable socialista de inmigración, Consuelo Rumí, y el delegado del Gobierno para Extranjería, Enrique Fernández-Miranda.