Aplausos para una portada

Un grupo de periodistas aportó ayer su testimonio sobre el papel de los medios de comunicación en la noche del 23-F, en una mesa redonda en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. En un salón de actos lleno hasta la bandera, el profesor Núñez Encabo -a quien, siendo diputado, correspondía votar cuando irrumpió Tejero en el hemiciclo- moderó un debate en el que intervinieron Justino Sinova, entonces director adjunto de Diario 16; Daniel Gavela, entonces subjefe de la sección política de EL PAÍS; Alejandro Fernández Pombo, miembro del equipo directivo del ...

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Un grupo de periodistas aportó ayer su testimonio sobre el papel de los medios de comunicación en la noche del 23-F, en una mesa redonda en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense. En un salón de actos lleno hasta la bandera, el profesor Núñez Encabo -a quien, siendo diputado, correspondía votar cuando irrumpió Tejero en el hemiciclo- moderó un debate en el que intervinieron Justino Sinova, entonces director adjunto de Diario 16; Daniel Gavela, entonces subjefe de la sección política de EL PAÍS; Alejandro Fernández Pombo, miembro del equipo directivo del Ya, y José Oneto, a la sazón director de Cambio 16.

Cada uno fue aportando sus vivencias profesionales. Justino Sinova contó cómo en Diario 16 se estaba celebrando una asamblea para debatir una importante cuestión profesional: si ceder o no a la pretensión de ETA de publicar un comunicado como condición para liberar a un secuestrado.

José Oneto relató una conversación telefónica con Sabino Fernández Campo, minutos después de la intentona y cómo pudo oir que el Rey, a través de un interfono, le preguntaba 'Sabino, ¿me puedes decir qué está pasando?'

Daniel Gavela, que se encontró con el golpe en plena calle, contó su llegada a la redacción de EL PAÍS, volcada frenéticamente en la preparación de la edición especial.

En ese punto se produjo la polémica. Porque el actual director de la SER confesó su perplejidad por cómo El Mundo presentaba en su web la actuación de los distintos periódicos en aquellas horas cruciales.

'Cuando la manipulación informativa se da la mano con la tergiversación histórica, no es posible permanecer callado', afirmó Gavela. 'En el periodismo importa mucho el cómo se hacen las cosas y, en ocasiones como la intentona golpista, el cuándo. Y lo que aquí se dice no hace justicia a quienes cumplieron con su deber, exponiéndose a riesgos muy ciertos, y no fueron sólo periodistas sino también la gente del taller, que estuvo al pie del cañón, y el personal de administración y publicidad que a las nueve de la noche salió a la calle a distribuir el periódico'.

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Y para demostrar que lo que decía era cierto, exhibió 'no el papel, que puede ser manipulado' sino una plancha enmarcada correspondiente a esa primera edición y que, según Gavela, preside el quehacer profesional de muchos periodistas de EL PAÍS que vivieron aquella jornada. Cuando leyó el titular, y el primer y el último párrafos del editorial, los estudiantes de periodismo rompieron en un aplauso cerrado.

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