Dos civiles pilotaban el submarino atómico que hundió un barco japonés

George Bush reiteró ayer que ha pedido disculpas al primer ministro japonés, Yoshiro Mori, por el incidente. Pero Japón, que llora la muerte de nueve pasajeros del Ehime, incluidos cuatro menores de edad, ni se consoló ni se tranquilizó con las palabras del presidente norteamericano. 'Es imperdonable que un civil estuviera al mando', dijo en Honolulú Ryoichi Miya, segundo capitán del ...

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George Bush reiteró ayer que ha pedido disculpas al primer ministro japonés, Yoshiro Mori, por el incidente. Pero Japón, que llora la muerte de nueve pasajeros del Ehime, incluidos cuatro menores de edad, ni se consoló ni se tranquilizó con las palabras del presidente norteamericano. 'Es imperdonable que un civil estuviera al mando', dijo en Honolulú Ryoichi Miya, segundo capitán del Ehime.

Ha sido la propia Marina estadounidense la que ha reconocido que, como es habitual en sus buques de guerra, 16 civiles, incluidos hombres de negocios, viajaban a bordo del submarino nuclear Greeneville. En el momento de la colisión, dos de ellos habían sido autorizados por el comandante a tomar las riendas del navío. El Greeneville efectuó un ejercicio de entrenamiento de emergencia repentina y colisionó con el pesquero escuela japonés, que naufragó de inmediato. La Marina de EE UU no se explica cómo no fue detectada la presencia del pequeño barco japonés con los dos procedimientos habituales: el sonar y el periscopio.

Los dos civiles actuaban bajo 'estrecha supervisión de personal cualificado' del Greeneville, según la Marina, que se niega a establecer una relación de causa y efecto entre este hecho y el accidente. Pero, incluso aunque esa supervisión fuera seria, la presencia de civiles pudo perturbar los procedimientos rutinarios del Greeneville. Según The Washington Post, los civiles 'pudieron impedir las comunicaciones entre los supervisores del submarino o distraer a los comandantes y hacerles olvidar que, antes de emerger, debían asegurarse de que la superficie estaba despejada'. El principal periscopio y los equipos de sonar del Greeneville funcionaban a la perfección en el momento del choque, según las primeras investigaciones.

Desde el pasado fin de semana, llueven críticas desde Japón porque el Greeneville remoloneó a la hora de ayudar a los supervivientes. Los japoneses son muy sensibles a la gran presencia militar de EE UU en su territorio y zonas adyacentes, y el Nihon Keizai Shimbun, su principal diario financiero, ha advertido en un editorial: 'Salvo que sea bien llevado, el asunto del Ehime puede provocar una grieta en la alianza entre Japón y EE UU'.

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