Los inmigrantes se organizan en piquetes

Unos 150 extranjeros sin papeles salen a la calle en grupos para forzar la huelga en pequeños municipios de Murcia

Aún no había amanecido cuando un policía local se dirigió a un inmigrante para que se identificara. '¿Dónde vive?', preguntó el agente. 'En la iglesia', replicó uno de los ecuatorianos que ha organizado el encierro en la parroquia de la Asunción. '¿Quiénes son los otros cabecillas?', inquirió el policía. 'Todos', respondieron al unísono decenas de personas. Las mismas que entre 05.00 y las 07.00 de ayer forzaron la parada de autocares y furgonetas en Los Alcázares para que descendiesen los extranjeros que viajaban con destino a fincas de la comarca murciana del Mar Menor. Esas personas, un cen...

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Aún no había amanecido cuando un policía local se dirigió a un inmigrante para que se identificara. '¿Dónde vive?', preguntó el agente. 'En la iglesia', replicó uno de los ecuatorianos que ha organizado el encierro en la parroquia de la Asunción. '¿Quiénes son los otros cabecillas?', inquirió el policía. 'Todos', respondieron al unísono decenas de personas. Las mismas que entre 05.00 y las 07.00 de ayer forzaron la parada de autocares y furgonetas en Los Alcázares para que descendiesen los extranjeros que viajaban con destino a fincas de la comarca murciana del Mar Menor. Esas personas, un centenar aproximadamente, formaron un piquete, integrado en su mayoría por inmigrantes sin papeles, como protesta por la entrada en vigor de la nueva Ley de Extranjería.

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Fue un gesto de desafío, ya que sus integrantes optaron por lo contrario de esconderse, corrieron el riesgo de ser expulsados y ejercieron derechos de huelga y de manifestación, que la nueva legislación no les reconoce.

Una acción de protesta semejante se produjo en Fuente Álamo, donde 50 inmigrantes paralizaron la salida de dos autobuses y varias furgonetas, hasta que la Guardia Civil les impidió bloquear la carretera. Ni en Los Alcázares ni en Fuente Álamo se realizaron detenciones, aunque lo permite la legislación estrenada. Mientras discutían, un guardia civil explicó a Zoila Medina, una de las pocas ecuatorianas del piquete de Los Alcázares que tenía los papeles en regla: 'La nueva Ley de Extranjería únicamente ha entrado en vigor; tampoco es tan fácil ni tan drástico esto como ustedes creen. Pero no pueden impedir que vaya a trabajar quien quiera hacerlo'.

Zoila Medina, portavoz de los huelguistas, desgranó a su vez los problemas de subsistencia de los inmigrantes irregulares desde el accidente de Lorca, que ha reducido al mínimo el empleo de trabajadores clandestinos: 'Esta gente vive un momento muy crítico, no tienen trabajo ni comida, ni un piso para su mujer. Luchamos por los derechos de quienes están aquí. ¿Por qué el Gobierno nos dejó entrar con visado de turista sabiendo que veníamos a trabajar?', preguntó. Ayer, 124 inmigrantes seguían encerrados en tres iglesias murcianas para defender su permanencia en España.

Luis Astuello, de 44 años, fue uno de los ecuatorianos forzados a descender de la furgoneta en la que acudía ayer a trabajar. Lo hizo sin entusiasmo. 'Algunos tienen razón porque llevan pocos meses acá; pero los que están desde hace más de cuatro años y no se han preocupado de los papeles, ¿de qué se quejan?', adujo.

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El piquete de inmigrantes, que actuó durante dos horas sin interferencia policial, logró que uno de los principales empresarios de la zona, Ramón Pedreño, renunciase a la recogida de lechuga y brécol en sus fincas, por lo que fue vitoreado. 'A veces uno se arriesga a coger a gente sin documentación para que no se pierda la cosecha, pero ahora temo multas millonarias', confesó.

La disminución de la actividad se notó también en Lorca. El temor a una detención motivó que muchos inmigrantes optaran por ahorrarse el madrugón.

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