El hospital de Marbella atendió el año pasado a más de 12.000 extranjeros

La mayoría de estos pacientes pertenecen, según Antonio Pérez Rielo, director del hospital, a países de la Unión Europea, con los que la Seguridad Social tiene convenios. Los hay que acuden al centro durante sus vacaciones por la atención sanitaria gratuita, aunque también son numerosos los residentes en la zona. Una de las primeras cosas que hacen estos últimos una vez establecen su domicilio en la costa es poner al día su cartilla de la Seguridad Social. 'En muchas ocasiones no están empadronados ni figuran en el censo, de forma que no están considerados a nivel de financiación, aunque consu...

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La mayoría de estos pacientes pertenecen, según Antonio Pérez Rielo, director del hospital, a países de la Unión Europea, con los que la Seguridad Social tiene convenios. Los hay que acuden al centro durante sus vacaciones por la atención sanitaria gratuita, aunque también son numerosos los residentes en la zona. Una de las primeras cosas que hacen estos últimos una vez establecen su domicilio en la costa es poner al día su cartilla de la Seguridad Social. 'En muchas ocasiones no están empadronados ni figuran en el censo, de forma que no están considerados a nivel de financiación, aunque consumen sanidad a todos los efectos', explica Pérez Rielo. Estos pacientes, fundamentalmente de la tercera edad, requieren más atención y padecen patologías de alto coste.

La facturación del hospital a pacientes privados de otros países es mínima y no supone más de 25 millones al año. El director reconoce que en estos casos el cobro no es fácil. 'El paciente privado generalmente viene de vacaciones y suele dejar su dirección, para que se le envíe la factura, aunque los hay que pagan en el acto'. En cualquier caso, las cantidades que dejan de cobrarse son muy pequeñas.

En el último año se ha notado un incremento de pacientes de Europa del Este, Arabia Saudita y de países nórdicos. Sin duda la ubicación del Costa del Sol ha sido determinante para que desde su apertura, hace siete años, este centro cuente con un equipo de intérpretes que realizan su labor de forma voluntaria. En la actualidad este grupo está formado por 18 personas de diferentes nacionalidades, coordinadas por la canadiense Marion Winter. Los idiomas van desde el inglés, alemán, francés, danés, finlandés, sueco, noruego y árabe hasta suajili y persa.

Su tarea principal es que enfermos y médicos puedan entenderse, aunque también colaboran para traducir los informes médicos y el seguimiento de las altas e incluso ayudan a los pacientes a la hora de poner en orden sus papeles en consulados y embajadas. En ocasiones los intérpretes se convierten en una especie de asistentes sociales y establecen una relación especial con los enfermos. 'Una persona que cae enferma en un país extraño está nerviosa y agradece que alguien le pueda entender en su propia lengua', señala Helen Honga, otra de las traductoras, de nacionalidad finlandesa.

El hospital dispone de una biblioteca con libros en diferentes idiomas procedentes de donaciones particulares, de la que se encargan también los intérpretes. Además cuenta con una lista de pastores de todas las religiones para asistir a los enfermos o a sus familiares.

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