EL DESCONTROL DE LOS PRECIOS

La inflación acabó el año en el 4%, el doble del objetivo

A la crisis del petróleo se ha unido el encarecimiento de los alimentos por el mal de las 'vacas locas'

El Gobierno fijó un objetivo de inflación del 2% para el pasado año y el resultado ha sido el 4%. Exactamente el doble. A la crisis del petróleo durante la mayor parte del año se ha sumado en diciembre el llamado mal de las vacas locas. También el sector servicios y los precios industriales han presionado al alza y el resultado es que la inflación está en el nivel más alto de los últimos cinco años.

El error cuesta a las empresas entre 200.000 y 250.000 millones de pesetas por las cláusulas de revisión salarial a las que están acogidos 5,8 millones de trabajadores (el 71% del tot...

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El Gobierno fijó un objetivo de inflación del 2% para el pasado año y el resultado ha sido el 4%. Exactamente el doble. A la crisis del petróleo durante la mayor parte del año se ha sumado en diciembre el llamado mal de las vacas locas. También el sector servicios y los precios industriales han presionado al alza y el resultado es que la inflación está en el nivel más alto de los últimos cinco años.

El error cuesta a las empresas entre 200.000 y 250.000 millones de pesetas por las cláusulas de revisión salarial a las que están acogidos 5,8 millones de trabajadores (el 71% del total de asalariados con convenio), según cálculos sindicales. Al Gobierno le supone 355.000 millones en pensiones por la desviación de noviembre. Y tres millones de trabajadores entre funcionarios, desempleados, perceptores del salario mínimo o que no tienen cláusula de revisión, pierden poder adquisitivo.

Mientras la carne de vaca sólo ha bajado un 0,5%, la de pollo ha subido un 6,7%, y el pescado, un 4,9%

Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no han deparado sorpresas ya que sólo el Gobierno se mantuvo en sus trece de no modificar el objetivo inicial (2%). La mayoría de los expertos vaticinaba un 4% para el cierre del año, una décima por debajo de noviembre, y así ha sido. En el mes, la subida ha sido de tres décimas, dos menos que un año antes (por redondeo de las centésimas, la tasa interanual sólo se ha reducido en una décima).

Esa pequeña corrección de una décima en la inflación anual, la primera bajada que se produce desde abril de este año, se ha conseguido gracias a que en diciembre empezaron a bajar de forma apreciable los precios de las gasolinas, tras más de un año de subidas. El Índice de Precios al Consumo (IPC) recoge una bajada del 2,5% en diciembre respecto de un mes antes en los precios de carburantes y combustibles, pero un 15,1% en el año año.

El gran problema del IPC de diciembre ha sido el derivado del mal de las vacas locas. Lo normal habría sido el hundimiento de los precios de la carne de vaca y una subida similar en la procedente de otros animales. Pero no ha sido así. Mientras la carne de vaca sólo ha bajado un 0,5% respecto del precio que tenía en noviembre y su repercusión es sólo del 0,010 en el IPC, el pollo ha subido un 6,7%, el cordero un 4,8%, el cerdo un 3,4% y el pescado un 4,9%.

Todos estos datos han sido recogidos en la primera veintena del mes de diciembre por el INE y queda para el IPC de enero el efecto añadido de las subidas que los productos alimenticios siempre experimentan durante la Navidad. Hasta esa fecha, los alimentos frescos han subido nada menos que el 6,5%, el mayor encarecimiento desde marzo de 1995.

En especial, ha aumentado durante el último año el precio de la patata (21,3%) y los huevos (10,5%), además de la carne de cerdo (15,4%), el pollo (23,6%) y las hortalizas (6,9%). Los alimentos elaborados apenas han subido un 1,1% gracias sobre todo al descenso del aceite (16,3%) y a pesar del aumento del tabaco (5,2%).

Los alimentos frescos y la energía han sido los que han dado al traste con las previsiones oficiales del pasado año, pero no sólo. La denominada inflación subyacente, es decir, la que excluye esos dos grupos de productos por ser los más volátiles, ha aumentado un 0,3% en diciembre y se ha elevado al 3% en el último año, la tasa más alta desde finales de 1996.

Dentro de la inflación subyacente lo que más ha contribuido a su deterioro es el sector turismo. En diciembre, el turismo y la hostelería se ha encarecido un 0,9% respecto de un mes antes y un 5,9% durante el año. La mayor parte de la subida de diciembre responde a los paquetes turísticos que recogen a su vez el encarecimiento del transporte por la crisis del petróleo. La inflación del sector turismo se encuentra en el nivel más alto desde el año 1993.

El transporte público interurbano también ha subido de forma apreciable (un 0,7% en diciembre y un 5,2% en el último año), debido a la revisión de tarifas que se llevó a cabo igualmente como consecuencia del encarecimiento del petróleo.

En conjunto, la inflación del sector servicios ha sido del 0,5% en diciembre respecto de noviembre y del 4,4% en los últimos doce meses; es decir, por encima del IPC general (4%). Lo único positivo de inflación de diciembre es que ha remitido tres décimas la de los bienes industriales, hasta el 4,1% en tasa anual.

Una vez pasado este año negro para la inflación, es hora de sacar la bola de cristal y lo que los expertos ven es un horizonte bastante más despejado, aunque habrá que esperar a que avance un poco el ejercicio. Enero no será bueno porque recogerá las subidas de Navidad, el aumento del transporte público en las grandes ciudades, la subida del precio del butano y más crisis de las vacas locas. Para compensarlo está el descenso otra vez de las gasolinas y gasóleos y de la tarifa eléctrica. El consenso de los expertos sitúa la inflación a fin de año incluso por debajo del 2,5%.

Para ello habrá que reabsorber el impacto que ha causado la crisis del petróleo en los precios industriales y del sector servicios. El petróleo debe, al menos, mantenerse y el euro, no perder fuerza. El consumo tiene que seguir aflojando el pie del acelerador y es de esperar que la liberalización de las llamadas locales abarate su precio.

A grandes rasgos es la idea que ayer trasmitió el secretario de Estado de Economía, José Folgado, para quien la inflación ha iniciado una senda de descenso que será 'más intenso' a partir de la próxima primavera, siempre que la cotización del euro se mantenga en torno a 0,95 dólares y el precio del barril de petróleo, por debajo de los 25 dólares.

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, tras reconocer que el resultado del pasado año 'no es satisfactorio', coincidió en que el IPC de 2001 será 'mucho más moderado'. Respecto de los salarios, Folgado dijo que la pérdida de poder adquisitivo que se ha producido en el año que acaba de terminar no debe ser el tema de debate en este momento, ya que la prioridad es el empleo.

Desde el PSOE, su portavoz en el Congreso, Jesús Caldera, reclamó al Gobierno medidas que compensen la pérdida de poder adquisitivo que, a su juicio, han sufrido millones de familias españolas. Resaltó que el Gobierno se ha equivocado 'un cien por cien' en su previsión de IPC, lo que es fruto de 'políticas profundamente equivocadas'.

La patronal CEOE coincidió con el Gobierno y los analistas en que el dato de diciembre muestra un cambio de tendencia en los precios. CC OO culpó a empresarios y Gobierno y UGT calificó el resultado de 'error garrafal del Gobierno' y reiteró que no respetará el objetivo del 2% para este año en la negociación salarial.

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