VISTO / OÍDO

Aznar, segunda man

El año ha empezado muy mal para el Gobierno. El rabotazo del Supremo, las vacas locas, los inmigrantes, la Ley de Enjuiciamiento Civil que no se puede cumplir, la de penalización de menores que tampoco, la radiactividad militar. Otros Gobiernos se salvan porque tienen otro talante; y menos antigüedad. La antigüedad del nuestro se pierde en el fondo de los siglos del absolutismo: carácter de Reconquista y de Imperio, una manera de ser Carlos V y Torquemada que ya se manifestó en Franco y su pelotón de generales y monárquicos de las dos especies. Los otros tienen más costumbre de manejar ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El año ha empezado muy mal para el Gobierno. El rabotazo del Supremo, las vacas locas, los inmigrantes, la Ley de Enjuiciamiento Civil que no se puede cumplir, la de penalización de menores que tampoco, la radiactividad militar. Otros Gobiernos se salvan porque tienen otro talante; y menos antigüedad. La antigüedad del nuestro se pierde en el fondo de los siglos del absolutismo: carácter de Reconquista y de Imperio, una manera de ser Carlos V y Torquemada que ya se manifestó en Franco y su pelotón de generales y monárquicos de las dos especies. Los otros tienen más costumbre de manejar la democracia, de sortear las cosas, y quizá son más inteligentes, o menos atontados por la droga del pasado.

Ni Napoleón, ni Cromwell, ni Bismarck crearon hábito. Pero Aznar atraviesa por un periodo de recuperación de lo español viejo que le tiene un poco atrasado. Creo que es algo más inteligente que sus ministros, pero ésta es una frase que apenas significa nada. El mal arranque del año, sorprendidos por la corneja a siniestra -como le pasó al Cid cuando empezaba su camino-, no es todo de su responsabilidad. Es puramente suyo el tema del juez prevaricador. Engañado por todos, impulsado por algunos, alucinado por ser más popular que Garzón, y termina siendo la única víctima. Tampoco parece muy inteligente, porque tuvo advertencias de que no había delito en aquello que él perseguía: pero siguió. Estaba cumpliendo un destino universal de la contrafigura española: Ortega o Unamuno, Machado o Juan Ramón, Franco o Azaña. Ahora, Garzón o Liaño. Y con la mala suerte de que en la sala del Supremo esté el primer marido de su mujer, y El Mundo explica que eso es fatal para una causa, aunque sea justa.

Aparte de esto, las vacas y las radiaciones les han saltado encima: pero el problema del talante antiguo les pierde, y les hace negarlo todo, recomendar caldito de cerdo, todo el día en televisión, hablar de la 'evolución natural'. Un tonto es aquel que se encuentra en una situación tonta, por muy inteligente que sea y buen cociente que tenga: y este Gobierno se encuentra en varias situaciones tontas: unas porque surgen, otras porque no ha sabido preverlas, otras porque no tienen solución. Lo más grave: están en el periodo de la segunda manera de Aznar: del talante de autócrata de guardarropía. Parecía que iba a ser solamente en la cuestión del terrorismo: y es que utilizan el mismo talante de no moverse ante todo lo demás. Que sí se mueve.

Archivado En