"Mi hijo ha entrado en la cárcel ya rehabilitado"

Carmen Yuste pide el indulto para su hijo, que cumple condena de tres años por tráfico de drogas

La historia de Vicente Martínez la conocen de primera mano en el Ayuntamiento de Móstoles porque la madre de este vecino, Carmen Yuste, trabaja desde hace casi 30 años como funcionaria municipal. Por ella saben que el ingreso de Vicente en prisión ha llegado a destiempo, que si uno de los motivos de la estancia en la cárcel es lograr la reinserción del condenado, el objetivo está cumplido. "Mi hijo ha entrado en la cárcel ya rehabilitado", advierte Carmen. Su testimonio cuenta con el aval de los informes médicos y policiales que ha solicitado el Ayuntamiento de Móstoles, que en el último pleno...

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La historia de Vicente Martínez la conocen de primera mano en el Ayuntamiento de Móstoles porque la madre de este vecino, Carmen Yuste, trabaja desde hace casi 30 años como funcionaria municipal. Por ella saben que el ingreso de Vicente en prisión ha llegado a destiempo, que si uno de los motivos de la estancia en la cárcel es lograr la reinserción del condenado, el objetivo está cumplido. "Mi hijo ha entrado en la cárcel ya rehabilitado", advierte Carmen. Su testimonio cuenta con el aval de los informes médicos y policiales que ha solicitado el Ayuntamiento de Móstoles, que en el último pleno ha solicitado por unanimidad el indulto para Vicente. "Éste es un claro ejemplo que demuestra que la justicia en este país a veces llega tarde", señala José María Arteta, alcalde mostoleño (PSOE).El relato que Carmen Yuste hace de la vida de su hijo incluye momentos en los que Vicente estuvo relacionado con las drogas. "Pero lo mismo que reconozco que mi hijo estuvo metido en las drogas, ahora aseguro que ha superado sus problemas".

Vicente forma parte de un hogar roto. Su padre les abandonó cuando él tenía cuatro años. "Me quedé sola con Vicente y con mi hija, que ahora vive en París", explica Carmen. "Mi marido me dejó por otra. Antes de marcharse viví unos años terribles. Él me maltrataba. Desde que se fue nunca más hemos sabido nada de él. Estoy convencida de que toda esta situación ha influido en mi hijo: nunca ha sabido lo que es un padre". Carmen cree que por eso Vicente siempre fue un muchado difícil de controlar. "Cuando tenía 16 años me di cuenta que estaba metido en las drogas, pero no sé cuando empezó".

En 1997, Vicente se marchó de Móstoles para cumplir el servicio militar en la Legión, en Almería. En un registro le encontraron hachís y LSD. Fue juzgado por la Audiencia Provincial de Almería, que le condenó a diez años de cárcel por un delito contra la salud pública y tráfico de psicotrópicos. "La droga que le incautaron estaba valorada en unas 65.000 pesetas, pero consideraron que no era para su consumo sino para venderla", explica Carmen.

Vicente tuvo una abogada de oficio que, tras la condena, recurrió la pena. "Al final, se la redujeron a tres años. Pero creo que mi hijo no tuvo la mejor defensa posible".

Cuando Vicente regresó a Móstoles pendiente del dictamen del tribunal Supremo emprendió una nueva vida. Conoció a Yolanda, montó una pequeña empresa de pintura y cambió de vida. Todo le iba bien: su novia esperaba un hijo, los clientes no faltaban en el negocio y las drogas eran agua pasada, hasta que de un día para otro le advirtieron que debía entrar en prisión. "Nos llamó la abogada de Almería y nos dijo poco menos que Vicente estaba en situación de busca y captura. Así que nos pusimos en contacto con un abogado de Madrid que nos recomendó que se presentara ante la Justicia".

Así que Vicente ingresó en la prisión de Aranjuez el pasado 6 de noviembre, donde ocupa una celda en el módulo 12. Fuera le esperan su madre y Yolanda, que decidió abortar cuando Vicente entró en la cárcel. "No era el momento para tener un hijo", cuenta una amiga de la familia que trabaja con Carmen en el Ayuntamiento. "Vicente, de momento, está bien pero algo nervioso por su situación. Todo esto le ha cortado su vida cuando, por fin, había encontrado el camino".

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El Ayuntamiento de Móstoles se ha movilizado para buscar el perdón para este joven. "Es una causa justa que conocemos de primera mano", explica su alcalde, José María Arteta. "Además, antes de llevar el caso al pleno, pedimos un detallado informe sobre la situación de Vicente. Aportamos en la sesión documentos de la policía que indican que Vicente llevaba una vida normal y que no ha tenido en estos tres años ningún problema. Los servicios médicos del Ayuntamiento también corroboraron que había superado el problema de las drogas", añade. "Haremos todo lo que sea necesario para conseguir que Vicente vuelva a casa. La justicia ha llegado tarde en este caso. Su estancia en la cárcel puede perjudicarle más que beneficiarle", indica el alcalde de Móstoles.

Fuentes de la Dirección General de Instituciones Penitencirias han explicado que Vicente Martínez tiene opción a acceder al tercer grado. Su caso se verá en los primeros días del mes de enero. "Es un claro candidato", reconocen. Mientras llega ese momento, Carmen seguirá luchando por su hijo, contando a todo el que le quiera escuchar "la injusticia que se ha cometido con Vicente".

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