Cartas al director

Hipotecados por la A-8

Cada vez más nos tenemos que desplazar desde donde vivimos hasta donde hacemos vida laboral o social. Además de la atención que exige la conducción, el tiempo que nos ocupa y el coste al precio del gasoil, hay formas y formas de movernos. En mi caso, desplazarme tres veces por semana desde Gazteiz hasta Lasarte Oria supone ya una costumbre, como sucede con mis compañeros de Zumarraga que todos los días, como miles de personas, se desplazan del lugar donde viven a aquel en el que trabajan, a decenas de kilómetros. Pero si trabajase alguno en Getaria, Orio o Zarautz, tendrían un gasto extra en p...

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Cada vez más nos tenemos que desplazar desde donde vivimos hasta donde hacemos vida laboral o social. Además de la atención que exige la conducción, el tiempo que nos ocupa y el coste al precio del gasoil, hay formas y formas de movernos. En mi caso, desplazarme tres veces por semana desde Gazteiz hasta Lasarte Oria supone ya una costumbre, como sucede con mis compañeros de Zumarraga que todos los días, como miles de personas, se desplazan del lugar donde viven a aquel en el que trabajan, a decenas de kilómetros. Pero si trabajase alguno en Getaria, Orio o Zarautz, tendrían un gasto extra en peajes. ¿Cómo se puede vivir en el corredor de la autopista A-8? ¿Los que lo hacen cobran más o son más generosos para pagar habitualmente peajes y tasas? No lo entiendo.Se suele decir que el fumador tiene un gasto a lo largo de su vida que nunca calcula, porque es su hábito. Pero si hiciese números, con el importe se podría pagar una necesidad o darse algún capricho. Vivir en algunos municipios de Bizkaia o de Gipuzkoa supone utilizar ineludiblemente para desplazarse la única carretera que vertebra, une y sirve para comunicarse (en el espacio, tiempo y seguridad precisa), como es la autopista A-8.

La A-8 supone una sangría sin fin que pagamos todos con el uso, pero sus vecinos lo hacen todos los días. No sé cuanto me supondría vivir en esos pueblos, pero sí sé que prorrogar el plazo establecido de su concesión es injusto, lo que me hace partícipe y solidario con esta cuestión. Porque problema es no tener garantizado que, tras treinta años pagando a tocateja cada vez que usamos la Bilbao-Behobia, nos quieran exprimir sin límite.

El precio pagado por miles de ciudadanos es proporcional al beneficio millonario obtenido. Sin beneficio no hay peaje no argumentos para cobrarlo, sea duro o "blando", antisocial o "social". Cuando nos quieren vender lo menos malo como "blando" o "social" tenemos el reconocimiento de que el peaje de la A-8 es un mal duro (agresivo), antisocial, innecesario e injusto.- Jabier López de Robles. San Sebastián.

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