Pamplona acoge una retrospectiva del pintor Emilio Sánchez Cayuela
Emilio Sánchez Cayuela, Gutxi (1907-1993), fue un ilustrador fuera de lo común y un afamado muralista cuya obra está dispersa por toda España y presente en numerosas pinacotecas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El centro de cultura Castillo de Maya de Pamplona presenta una gran retrospectiva del artista, nacido en la capital navarra y educado artísticamente en Madrid, que incluye 42 óleos, dibujos y acuarelas realizados por el artista en su periodo dorado, que abarca desde los años cuarenta hasta finales de los sesenta. La exposición permanecerá en Pamplona hasta el ...
Emilio Sánchez Cayuela, Gutxi (1907-1993), fue un ilustrador fuera de lo común y un afamado muralista cuya obra está dispersa por toda España y presente en numerosas pinacotecas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El centro de cultura Castillo de Maya de Pamplona presenta una gran retrospectiva del artista, nacido en la capital navarra y educado artísticamente en Madrid, que incluye 42 óleos, dibujos y acuarelas realizados por el artista en su periodo dorado, que abarca desde los años cuarenta hasta finales de los sesenta. La exposición permanecerá en Pamplona hasta el 26 de noviembre y viajará después a la sala de arte Juan Bravo, de Madrid. La tremenda versatilidad del trabajo del popular Gutxi, que abarca murales civiles y religiosos, retratos, paisajes, escenas costumbristas y un sinfín de motivos y técnicas creativas, es una de las características más destacables de este alumno aventajado del taller madrileño de Daniel Vázquez Díaz.
Autor de una obra perfectamente estructurada y compuesta, Sánchez Cayuela analiza geométricamente la realidad definiendo unas maneras cezannianas que, en otros momentos de su dilatada carrera, coquetearon también con el cubismo, controlando siempre su variada inspiración con una paleta de colores atemperados.
Salvador Martín Cruz, comisario de la muestra, destacó la excepcional calidad ilustrativa del pintor, que llegó a Madrid en 1928, donde residió hasta 1968.
Aunque la exposición, por motivos obvios, se centra en la pintura de caballete, sus promotores destacaron la faceta muralista de Sánchez Cayuela, presente en las iglesias de San Lorenzo, Sagrada Familia y Sagrados Corazones, en la Comunidad de Madrid; San Antonio y San Francisco Javier, en Pamplona, y centros públicos de Madrid y Barcelona.