Entrevista:Celia Villalobos. Ministra de Sanidad

"No quiero imponer las fundaciones sanitarias"

Pregunta. Desde que le estalló a usted el problema de la lista de espera, recién llegada al Ministerio, no ha ganado para sustos, señora Villalobos. No sé si se estará usted arrepintiendo de haber aceptado el cargo... o más bien la carga.Respuesta. Tengo que rconocer que me vi sorprendida con la virulencia con la que estalló el conflicto, porque a todo el mundo se la da cien días para tomar tierra y a mí no... Pero cuando acepté el ofrecimiento del presidente ya sabía que este ministerio es muy difícil, pero a mí siempre me han gustado los retos. No le voy a negar que mi primera ...

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Pregunta. Desde que le estalló a usted el problema de la lista de espera, recién llegada al Ministerio, no ha ganado para sustos, señora Villalobos. No sé si se estará usted arrepintiendo de haber aceptado el cargo... o más bien la carga.Respuesta. Tengo que rconocer que me vi sorprendida con la virulencia con la que estalló el conflicto, porque a todo el mundo se la da cien días para tomar tierra y a mí no... Pero cuando acepté el ofrecimiento del presidente ya sabía que este ministerio es muy difícil, pero a mí siempre me han gustado los retos. No le voy a negar que mi primera reacción fue de sorpresa, de desconcierto. Me resultaba incomprensible, que determinadas personas que hablan de Sanidad Pública como lo mejor del mundo la atacaran de aquella forma demoledora, bestial. Me preocupó que los ciudadanos pudieran sentir desconfianza, miedo incluso, hacia el sistema público. Y, bueno, pasado ese momento, me arremangué, dispuse las medidas oportunas para solucionar el problema de raíz. Guardar los problemas en un cajón y esperar a que se pudran siempre me ha parecido irresponsable y bastante estúpido.

P. Esa denuncia a la que alude de determinadas personas que no quiere identificar ¿sugiere la existencia de perversas intenciones contra usted?

R. Mire, yo no creo en las conspiraciones, creo que es una perniciosa manera de afrontar los problemas por cualquier responsable político; pero es cierto que esas personas consiguieron crear una alarma social realmente injustificada. Quienes emprendieron esa marcha la hicieron, unos por estupidez, porque no sabían ni lo que estaban haciendo, y otros por intereses personales. La verdad es que no perdí ni un minuto en semejantes cuestiones. Lo que hice fue afrontar la situación, un problema que estaba ahí y del que aseguro me iba a enterar antes de un mes. ¿Que me enteré de forma traumática y por sorpresa? ¡Bueno! La cuestión es que se trataba de un problema real que tenía que resolver rápidamente. Y así lo hice, creo yo...

P. Lo que importa es que la crean los ciudadanos. Pero si hay algo cierto: que es usted el resto social-populista que Aznar necesitaba en el Gobierno. Aunque no sé yo si los graves problemas de la Sanidad se arreglan a golpes de efecto.

R. Es cierto que yo siempre he movido el PP en el ámbito de lo social... Estoy de acuerdo con usted en que los problemas de la sanidad no se solucionan con golpes de efecto;la verdad es que hemos resuelto el problema de las listas de espera en cirugía en tres meses y a eso yo lo llamo eficacia, no mía, sino de la gente que me rodea y que me...

P. Con lo del golpe de efecto me refería yo a su nombramiento. Pero aquí la cuestión está en saber a donde le van a dejar llegar a usted, con sus arrepentimientos los que en el Gobierno controlan los presupuesto.

R. Pues... teniendo en cuenta que el ministro de Economía y Hacienda con el que me tengo que pelear es el mismo Gobierno en el que yo estoy, no puedo pensar sino que tenemos los mismos objetivos que a mí me señaló Aznar el mismo día que le pregunté para que quería que yo fuera ministra de Sanidad: consolidar el sistema publico de salud, humanizar la salud publica y hacer las transferencias. Y, bueno, pienso que a mí me dejarán llegar hasta donde sea capaz de llegar, teniendo en cuenta que las Comunidades Autónomas también...

P. Lo que yo le pregunto es si no le resulta realmente incómodo sentir al ministro de Economía siempre encima de la chepa.

R. Y lo que yo le aseguro es que estoy dispuesta a llegar hasta el final de la.pelea... Y el resultado, si le parece, lo vemos en el 2002. Porque el 2002 ya me lo han dado hecho ¿Le parece?

P. Me parece que no me quiere entender, que no acaba de precisar si está usted dispuesta a pelearse con riesgo de su estabilidad política, con riesgo de crear problemas de confrontación de criterios.

R. Le aseguro que sí, que estoy dispuesta a correr esos riesgos. Siempre lo he hecho. Soy capaz de llegar al borde del precipicio... ¡y de tirarme del precipicio! Es mi forma de estar en la política, igual que es mi forma de vivir. Lucharé hasta el final por defender los presupuestos de la Sanidad, si eso es lo que usted quiere escuchar.

P. Pues de momento lo que he escuchado al señor Rato ha sido aquello de '' No hay dinero para eso', cuando usted se lanzó a anunciar sus drásticas medidas. Tuvo que resultar duro bajarse de la nube y pisar la realidad política ¿no?

R. Pero ¿usted cree que si hubiera estado en la nube hubiera llegado a ser ministra de Sanidad? ¡Jamás en política he estado en la nube! Yo los sueños los reservo para las noches y para mis relaciones personales... Y le quiero precisar que el señor Rato se refería a un tema concreto: si iba a haber o no financiación extraordinaria para los planes de choque. Él afirmó que no lo habría. Pero eso ya lo sabía.

P. ¿Se sintió desautorizada?

R. No.

P. Vale. Pero ¿no se le ha pasado por la cabeza el ir a quejarse al despacho del presidente?

R. Yo molesto lo menos posible, se lo aseguro. Asumo mi responsabilidad plenamente. Y como ya soy mayor de edad procuro solucionar mis propios problemas. Y cuando voy al despacho del presidente es porque entiendo que hay un problema que requiere su implicación o conocimiento personal. ¡Pero yo me las ventilo sola perfectamente! Acudo al presidente si creo que debo pedirle recursos para hacer lo que él me ha pedido que haga. Y le aseguro, si es eso lo que quiere escuchar también, que me siento plenamente respaldada por Aznar. Pero también le aseguro que yo no necesito que me pasen la mano por el lomo todos los días, ni le pregunto cada vez que le veo: 'Oye, ¿me respaldas?' Sé que él está ahí y yo en mi sitio, haciendo lo que tengo que hacer.

P. Usted ha optado por poner parches en todas las vías de agua ¿No cree que hubiera sido más serio, aunque menos populista, reconocer que los problemas no se arreglan de la noche a la mañana?

R. Ya lo he dicho alguna vez, pero no me importa repetirlo: los problemas de la salud pública no se arreglan de la noche a la mañana. Es verdad que también dije que me siento moderamente satisfecha por cómo están saliendo las cosas, cómo afrontamos los problemas más acuciantes. Pero en Sanidad es muy peligroso ser triunfalista porque en la Sanidad siempre hay y habrá problemas. En las listas de espera también. Pero le aseguro que en la privada también hay problemas así y que...

P. En la Sanidad privada si pagas te operan, seguro. Eso lo sabe usted mejor que yo.

R. ¡No lo crea! Le podría señalar muchos centros privados donde la gente espera pese a pagar, y a veces mucho.

P. Su decisión de doblar los turnos en los quirófanos, que con ser loable es como descubrir el huevo de Colón, ha puesto en incómoda evidencia a su antecesor que, al parecer, no había caído en la cuenta...

R. Eh... No lo creo. En cualquier caso creo que todos los ministros que pasan por este ministerio intentan hacerlo lo mejor ... Romay tomó otras buenas decisiones, precisamente en reducir las listas de espera. Cada uno tiene sus prioridades... Yo reconozco y agradezco la respuesta que el colectivo sanitario ha dado para afrontar los problemas más acuciantes de los quirófanos. Aunque yo no tengo posiciones cooperativistas, soy sobre todo la ministra de los enfermos, no pertenezco al colectivo sanitario.

P. Pero el colectivo sanitario, que es muy grande, le puede dar a usted un buen susto el día menos pensado. ¿No le preocupa una huelga?

R. El colectivo sanitario, como todos los colectivos, en democracia tienen derecho a la huelga. Y yo tengo el derecho de tomar las medidas para que los ciudadanos reciban la asistencia que merecen, uno de los derechos fundamentales que garantiza la Constitución. Pero si quiere que le diga la verdad a mí no me da miedo que haya una huelga, entre otras cosas porque los sindicatos sanitarios son todos profundamente moderados. En cualquier caso a mí no me causaría problema tener que tomar decisiones incómodas porque pienso que a los políticos eso nos va en el sueldo.

P. Supongo que le habrá resultado incómoda su decisión de cargarse las fundaciones sanitarias, que tanta gente temía que fueran la antesala de la privatización del sistema público. ¿Por qué no lo ha hecho? ¿Es que se ha pasado a la izquierda?

R. Mire, hay una realidad básica: que existe un consenso entre el PP y el PSOE, que son los que van a gobernar España sucesivamente, en que la Sanidad Pública funcione. Y que funcione también el consenso en el apoyo al sistema público de salud. Hay muchos modelos de gestión en las comunidades autónomas y, para caminar sobre seguro hacia el consenso de lo esencial, ha creído que es mejor no dificultarlo imponiendo fórmulas de gestión concretas. Si alguna Comunidad Autónoma quiere fundaciones las tendrá, pero yo no se las voy a imponer. Y reconozco que las fundaciones tienen una imagen pésima.

P. La sanidad privada vive gracias a ustedes, a los descubridores del credo neoliberal. La cuestión es: ¿para qué porcentaje de españoles funciona la privada?

R. Y ¿por qué no ayudamos, entre todos, a que lo que funcione sea lo contrario, a que la gente piense que en la sanidad privada no todo es precisamente un mundo de rosas y en la pública todo un mundo de espinas? Tenemos que hacer una apuesta de confianza en el sistema público toda vez que ya ha quedado claro que el PP no va a acabar con la pública como infundadamente se temía. En cualquier caso le quiero dejar claro que la filosofía neoliberal para el que lo sea, que yo no lo soy ni lo seré: el neoliberalismo está muy bien en los libros, pero no para las políticas de bienestar social en las que yo creo.

P. Lo que creo es que está en serio peligro de ir a parar a la lista de ministros incómodos a los que Aznar nunca les daría la oportunidad de repetir.

R. ¡Nunca me ha preocupado quemarme! Pero no estoy dispuesta a cambiar mi forma de actuar o mi forma de ser por situarme en lo políticamente correcto. Aznar sabe que no es la primera vez que he creado problemas en mi partido. Pero me ha nombrado. Él sabrá por qué lo ha hecho.

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