Un nuevo desplome del 3,64% en Wall Street agrava el pesimismo de los inversores en Bolsa

Wall Street empieza a pensar que se avecinan malos tiempos. O, al menos, tiempos distintos. El rápido encarecimiento del petróleo aviva el fantasma de la inflación, el peor enemigo de los inversores en Bolsa, y cunde la impresión de que la gran burbuja de estos últimos años empieza a deshincharse. El índice Dow Jones cayó al cierre de la sesión de ayer un 3,64%, y el Nasdaq, donde cotizan las compañías de alta tecnología, siguió a la baja (3,10%) por sexto día consecutivo. En Europa, Londres y París ganaron el 0,23% y el 0,58%, respectivamente, y Francfort perdió el 1,47%. Madrid cerró por fe...

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Wall Street empieza a pensar que se avecinan malos tiempos. O, al menos, tiempos distintos. El rápido encarecimiento del petróleo aviva el fantasma de la inflación, el peor enemigo de los inversores en Bolsa, y cunde la impresión de que la gran burbuja de estos últimos años empieza a deshincharse. El índice Dow Jones cayó al cierre de la sesión de ayer un 3,64%, y el Nasdaq, donde cotizan las compañías de alta tecnología, siguió a la baja (3,10%) por sexto día consecutivo. En Europa, Londres y París ganaron el 0,23% y el 0,58%, respectivamente, y Francfort perdió el 1,47%. Madrid cerró por festivo.

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El Nasdaq, a la baja

Fue una jornada perfectamente ortodoxa en el mercado bursátil. El dinero escapó de la renta variable (salvo de las acciones de las petroleras, ante las que se presenta un invierno de jugosos márgenes) y corrió hacia la renta fija. Los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense subieron, por ejemplo, casi un cuarto de punto.El escenario que dibujaban durante las últimas semanas los analistas, en el que un aterrizaje suave de la economía permitía reducir los tipos de interés a principios del año próximo y mantener la rentabilidad bursátil, reventó al mismo tiempo que el buque norteamericano en Yemen.

Petróleo más caro significa más inflación y subida de los tipos de interés. Esa ecuación estaba presente en todas las mentes. Y la doble noticia, dada a conocer por el Departamento del Tesoro, de que la demanda interna se mantenía relativamente alta y de que los precios de los productos importados habían subido un 1,5% en el último mes, debido casi exclusivamente al petróleo, reafirmó los temores.

"Ahora mismo, la fortaleza del dólar parece el único dique contra un rebrote inflacionista", dijo un portavoz de la banca de inversiones J.P. Morgan, cuyas acciones también sufrieron un revolcón, con una pérdida del 7,2%.

El Nasdaq subió al abrirse la sesión. Ya había perdido más de un 20% este año y parecía repleto de buenas oportunidades de compra. Pero la tendencia se invirtió cuando llegó la noticia de Yemen y se constató que la inestabilidad en Oriente Próximo no hacía sino aumentar. Algunos valores estelares, como Yahoo, mantuvieron el declive de la última semana. Los demás, en general, languidecieron.El Nasdaq, el índice más representativo actualmente porque engloba a una enorme cantidad de compañías y porque entre ellas figuran las de la nueva economía, se sitúa ahora un 23% por debajo del pasado 1 de enero.

El otro gran índice, el Dow Jones, cayó por una doble razón: por las malas perspectivas de futuro, y porque dos de las principales cadenas de mobiliario anunciaron menos beneficios de lo que se esperaba. Home Depot, el mayor proveedor de muebles y utillaje para el hogar, perdió un 28%. Office Depot, su equivalente en oficinas, se depreció casi en la misma proporción.

Algunas acciones, como las de General Motors, se revalorizaron tras conocerse un aumento de los beneficios. Pero la tendencia general fue muy clara: por cada valor que subió, dos bajaron. Y eso ocurrió en un mercado bastante activo: más de 700 millones de acciones cambiaron de propietario. "Hay que repensarlo todo". La definición, de John Forelli, vicepresidente de Independence Investment Associates, resumía bien el estado de ánimo. Tras una larguísima época, casi década y media, en que se ha dado por supuesto que la tendencia general había de ser positiva y que la nueva economía insuflaría rentabilidad ininterrumpida a los mercados, los grandes inversores vuelven a elegir con cuidado, y a hacer cálculos sobre cuál debe ser el precio adecuado para cada acción.

La Reserva Federal dejó los tipos de interés como estaban en su última reunión; la próxima, ya pasadas las elecciones presidenciales de noviembre, será decisiva para conocer la evolución de la economía estadounidense, y mundial, en los próximos meses.

Al otro lado del mundo, el marcado de Tokio, al menos mantuvo el tipo con una pequeña subida de 37 puntos en su índice Nikkei. En Europa, los mercados mantuvieron durante toda la mañana una tendencia al alza aunque se desinfló en cuanto el mercado de Wall Street dio señales inequívocas de que la tendencia era a la baja. Londres ganó el 0,23% y el mercado de París tuvo un alza del 0,58%,pero Fráncfort, que cierra más tarde, se contagió del pesimismo de Nueva York y cedió el 1,47%.

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