El rechazo al euro despierta el nacionalismo en los daneses
La victoria del no al euro el pasado jueves en Dinamarca ha supuesto el despertar de un nuevo nacionalismo en ese país que podría tener repercusiones en Europa, según estimaron ayer los analistas. Este rechazo al euro amenaza con ser percibido en el extranjero como un no nacionalista de un país encerrado en sí mismo, según declaraciones efectuadas por el ministro danés de Asuntos Exteriores, Niels Helveg Petersen. La imagen de una Dinamarca "nacionalista y suficiente" propagada por las televisiones del mundo entero es una visión de "pesadilla" y causa de tristeza para el Gobierno...
La victoria del no al euro el pasado jueves en Dinamarca ha supuesto el despertar de un nuevo nacionalismo en ese país que podría tener repercusiones en Europa, según estimaron ayer los analistas. Este rechazo al euro amenaza con ser percibido en el extranjero como un no nacionalista de un país encerrado en sí mismo, según declaraciones efectuadas por el ministro danés de Asuntos Exteriores, Niels Helveg Petersen. La imagen de una Dinamarca "nacionalista y suficiente" propagada por las televisiones del mundo entero es una visión de "pesadilla" y causa de tristeza para el Gobierno danés y los sectores pro europeos. Esta visión es la de la líder del Partido Popular Danés (PPD, extrema derecha), Pia Kjaekgaard, conocida como la reina del no y gran triunfadora del escrutinio. Kjaekgaard llamó "a votar no, a votar danés, a preservar a cualquier precio la corona -moneda nacional y símbolo supremo de la monarquía-, a defender con uñas y dientes la soberanía del país amenazada por la invasión de extranjeros si Dinamarca se unía a la zona euro". "Los daneses, de todas las tendencias y de todas las ideologías, han votado con su corazón y han votado danés. Han dicho claramente que no están preparados para sacrificar su independencia a cambio de obtener ventajas económicas y políticas en Europa", según el politólogo Johannes Andersen. "El rechazo de los daneses al euro es la expresión de un claro provincianismo, del miedo a perder su soberanía, su identidad", recalca Andersen.
"Este momento de la historia que nosotros hemos escrito es positivo para Europa. Es una señal lanzada a la Unión Europea para que ralentice el tren de la integración europea por el bien de todos", insistió el jueves por la noche Kjaekgaard.