Dirigentes del PP se quejan en la ejecutiva de que las matrículas no lleven el distintivo CAT

El Partido Popular de Cataluña ha guardado en público un escrupuloso silencio en la polémica sobre las nuevas matrículas, pero la ejecutiva que el partido celebró ayer en Barcelona puso de manifiesto que la procesión va por dentro. Varios dirigentes significativos expusieron su desconcierto ante la decisión del Gobierno del PP de no incluir el distintivo autonómico -en Cataluña, CAT- en el nuevo sistema de matriculación. La ejecutiva ratificó por unanimidad el nuevo organigrama directivo propuesto por el presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz.

La primera ejecutiva del PP cata...

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El Partido Popular de Cataluña ha guardado en público un escrupuloso silencio en la polémica sobre las nuevas matrículas, pero la ejecutiva que el partido celebró ayer en Barcelona puso de manifiesto que la procesión va por dentro. Varios dirigentes significativos expusieron su desconcierto ante la decisión del Gobierno del PP de no incluir el distintivo autonómico -en Cataluña, CAT- en el nuevo sistema de matriculación. La ejecutiva ratificó por unanimidad el nuevo organigrama directivo propuesto por el presidente del PP catalán, Alberto Fernández Díaz.

La primera ejecutiva del PP catalán tras su 9º congreso, celebrado el 16 y 17 de septiembre, se realizó ayer sin la asistencia de su auténtico hombre fuerte en Cataluña, el ministro de Exteriores Josep Piqué. En varias ocasiones, el ministro ha tenido que salir al paso para defender la actuación del Ejecutivo en el sistema de matrículas ante las críticas lanzadas por todos los partidos catalanes, salvo el PP.Ayer Piqué hubiera tenido que emplearse a fondo para convencer a sus propios correligionarios, quienes, a puerta cerrada, mostraron reparos a la actuación del Gobierno. El ministro, no obstante, no asistió a la reunión al encontrarse de camino hacia Vilanova i la Geltrú (Garraf), donde tenía varios actos programados.

Fue precisamente uno de los principales colaboradores de Piqué en Cataluña, el jefe del grupo municipal del PP en Barcelona, Santiago Fisas, el que primero expuso su malestar por el asunto de las matrículas durante la reunión de ayer. Varios de los asistentes a la reunión explican que el concejal dijo que el Gobierno hubiera tenido que actuar de otra forma y dejó claro que él era partidario de la opción que incluía el distintivo CAT en las placas.

La intervención de Fisas animó a otros pesos pesados del partido a pronunciarse en sentido parecido, a pesar de que en las ejecutivas los turnos de palabra suelen ser escasos. El presidente del Consorcio de la Zona Franca y estrecho colaborador de Alberto Fernández Díaz, Enrique Lacalle, opinó que colocar el distintivo autonómico hubiera ahorrado un problema al PP y la vicepresidenta segunda del Parlament, Dolors Montserrat, también hizo evidente su malestar.

La polémica la zanjó el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, quien propuso poner fin a lo que consideró "un debate artificial", según explican varios miembros de la ejecutiva. En su análisis, Jorge Fernández consideró que la oposición se ha agarrado a este asunto para atacar al PP e insistió en que nunca antes se había intentado vincular la identidad nacional con las placas de las matrículas.

La ejecutiva de ayer sirvió también a Alberto Fernández para exponer a sus prioridades ante el debate de política general que se celebrará la semana que viene en el Parlament. La intervención del presidente del PP catalán, no obstante, se limitó a señalar objetivos genéricos.

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Tras la ejecutiva, el líder conservador explicó que tiene previsto realizar una intervención "constructiva" en la que emplazará al Gobierno de Jordi Pujol a escoger entre la "radicalidad" de Esquerra Republicana y la "moderación y el impulso a medidas reformistas" que a su juicio representa el PP. Alberto Fernández añadió que tratará de poner de manifiesto el "protagonismo" del PP y se centrará en propuestas de política social y en favor del pluralismo.

En el pasado debate de investidura, Alberto Fernández utilizó el castellano en algunos momentos de su intervención precisamente para subrayar su apuesta por el pluralismo, un gesto que molestó visiblemente al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Preguntado sobre si piensa utilizar el castellano en el debate de política general, Fernández Díaz se mostró ambiguo: "Me expresaré con absoluta normalidad", afirmó.

La ejecutiva aprobó por unanimidad el nuevo organigrama propuesto por Alberto Fernández, que ratifica a Rafael Luna como secretario general y da entrada en la cúpula como vicesecretarios a Alicia Sánchez Camacho, Carlos Nieto, Francesc Vendrell y Daniel Sirera.

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