Deuda y recetas contra la miseria

El Banco Mundial considera que parte de la solución a la pobreza radica en dar más atención al alivio de la deuda de los países pobres y en lograr que la cooperación para el desarrollo sea más eficaz. También son importantes cuestiones como combatir el sida. Con todo, afirma que no hay una fórmula única para luchar contra la miseria."Tenemos muy claro que la solución a la pobreza no es la misma en todos los países. Además, el remedio no es sólo económico, sino que se precisan también otras acciones sociales y culturales que dependen de cada nación", declaró a EL PAÍS una de las redactoras del ...

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El Banco Mundial considera que parte de la solución a la pobreza radica en dar más atención al alivio de la deuda de los países pobres y en lograr que la cooperación para el desarrollo sea más eficaz. También son importantes cuestiones como combatir el sida. Con todo, afirma que no hay una fórmula única para luchar contra la miseria."Tenemos muy claro que la solución a la pobreza no es la misma en todos los países. Además, el remedio no es sólo económico, sino que se precisan también otras acciones sociales y culturales que dependen de cada nación", declaró a EL PAÍS una de las redactoras del informe del Banco Mundial, la economista italiana Giovanna Prennushi. "Los países ricos también tienen su papel. Deben abrir sus mercados a los bienes de las naciones en desarrollo", añadió.

El economista jefe del Banco Mundial, Nicholas Stern, también ha insistido en que, pese al papel fundamental del crecimiento económico para reducir la pobreza, es necesario "un cambio institucional y social para reforzar el desarrollo de los pobres". Por eso, la institución plantea una receta con tres ingredientes básicos para luchar contra la pobreza.

En primer lugar, se deben incrementar las oportunidades económicas de los desfavorecidos, facilitándoles el acceso a la tierra y a la educación. También es preciso desarrollar su capacidad de influencia sobre las decisiones que les afectan y eliminar las discriminaciones por sexo, raza, grupo étnico o condición social. Por último, resulta necesario reducir la vulnerabilidad de los más pobres ante la enfermedad, las crisis económicas, el desempleo, los desastres naturales o la violencia.

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