Reportaje:

El 'copyright' de la luna mora

Son las once y media de la noche del viernes. Plaza del pueblo malagueño de Guaro. A excepción de las luces de los bares, la noche se encuentra iluminada sólo por velas protegidas por botes de cristal. En la puerta del ayuntamiento seis músicos magrebíes vestidos con túnicas ponen a prueba el equipo de sonorización:-La música qui vamos a tocar si escuchaba aquí hase sisientos años".

La plaza es un bullicio de mesura y penumbra. Artesanos venden su desigual mercancía disfrazados de morería: bustos en bronce de Camarón, cristos sobre espejos biselados; camisetas pinta...

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Son las once y media de la noche del viernes. Plaza del pueblo malagueño de Guaro. A excepción de las luces de los bares, la noche se encuentra iluminada sólo por velas protegidas por botes de cristal. En la puerta del ayuntamiento seis músicos magrebíes vestidos con túnicas ponen a prueba el equipo de sonorización:-La música qui vamos a tocar si escuchaba aquí hase sisientos años".

La plaza es un bullicio de mesura y penumbra. Artesanos venden su desigual mercancía disfrazados de morería: bustos en bronce de Camarón, cristos sobre espejos biselados; camisetas pintadas a mano; aceite virgen, almendras, olivas aliñadas, cerámicas, zarcillos o tatuajes. En el aire suena la melodía de semitonos del grupo Al Tarab. Se distingue un laúd, un violín, una percusión hipnótica. Un idioma desconocido que suena familiar.

Es la IV edición del Festival de la luna mora. Las tres anteriores se celebraron en Carratraca, otro pueblo malagueño. Pero tensiones entre el nuevo alcalde de Carratraca y la asociación Ana Gómez Jiménez, que ideó, registró y organiza el evento, la llevaron a ofrecer a Guaro este festival arábigo-andalusí. "Yo acepté encantado; iba a ser un pelotazo para el pueblo", reconoce el socialista Sebastián Rueda, alcalde de Guaro.

Pero en Carratraca, el alcalde de IU, Óscar Román, decidió no dejar a su pueblo sin luna mora. "Llevaba sólo tres años pero ya era una tradición para nosotros", dice Román. "Y si no le podíamos llamar Luna Mora porque ya estaba registrado, le ponemos Embrujo de luna mora y ya tenemos dos, que son mejor que uno", concluye.

Así que ayer sábado en Carratraca estaba tocando El Lebrijano con la Orquesta Andalusí de Tánger mientras que en Guaro lo hacía Vicente Amigo con la Orquesta Provincial de Málaga. En los dos lugares había velas, gente vestida a la manera morisca y zocos de artesanos. Como en Guaro había más presupuesto, la cosa se ampliará hasta el próximo sábado cuando cante Carmen Linares con el grupo Al Baraka. Ambos alcaldes han aparcado la disputa por el copyright de la luna mora. El PSOE apoya a IU en Carratraca e IU le devuelve la pelota en Diputación. "Hay mucho trasfondo político", dice Román. "Yo busco lo mejor para mi pueblo", contesta Rueda.

Volvemos al viernes noche. Guaro. En la puerta del café Fernandito la asamblea de ancianos del pueblo medita su sentencia.

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-A propósito de las tres culturas ¿qué te ha parecío Manuel Alcántara?

-Un acontecimiento pal pueblo. Un hombre como Alcántara, o ése que va con Chaves, el del bigote, aquí... Y los músicos majaragüis... Esto na más que se ve en Melilla.

En un local cercano comen las autoridades. Juan Fraile, presidente de Diputación, Luciano Alonso, delegado de la Junta en Málaga, el alcalde... El del bigote, Gaspar Zarrías, consejero de Presidencia, está feliz. Parece el personaje de un álbum de Tintín. El escritor Manuel Alcántara equilibra su "dieta diaria de gintonics". Todos le felicitan. Durante su pregón de 15 minutos hasta las moscas del pueblo se callaron. Habló del Islam, La Cábala y la Noche Oscura del Alma. Recordó que si se insiste demasiado en las características diferenciales del ADN se acaba buscando la prevalencia de los RH.

Forasteros y lugareños pasean embelesados por el pueblo. Las damas de noche huelen como hace seiscientos años. La luna está casi llena. Desde tan lejos, no se distingue quién la patrocina.

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