Críticas a la dirección en la primera ejecutiva de CDC después de vacaciones

Algunas voces críticas hicieron desperezarse ayer a la ejecutiva de Convergència Democràtica tras las vacaciones estivales. El primer toque de despertador fue suave y corrió a cargo del presidente de la Generalitat y del partido, Jordi Pujol. El líder nacionalista expresó su escepticismo sobre las conversaciones con la oposición que ayer mismo se iniciaron y sugirió retomar los contactos entre Convergència y Unió para acercar posiciones sobre el complejo futuro conjunto. Poco después de las 11.00 horas, Pujol se marchó y llegó el turno de las voces críticas. Ciertamente no hubo más expresiones...

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Algunas voces críticas hicieron desperezarse ayer a la ejecutiva de Convergència Democràtica tras las vacaciones estivales. El primer toque de despertador fue suave y corrió a cargo del presidente de la Generalitat y del partido, Jordi Pujol. El líder nacionalista expresó su escepticismo sobre las conversaciones con la oposición que ayer mismo se iniciaron y sugirió retomar los contactos entre Convergència y Unió para acercar posiciones sobre el complejo futuro conjunto. Poco después de las 11.00 horas, Pujol se marchó y llegó el turno de las voces críticas. Ciertamente no hubo más expresiones de disidencia que en otras reuniones de la ejecutiva, pero, después de unas vacaciones de verano, ésta resultó, por inesperada, novedosa. La intervención solista corrió a cargo del ex consejero de Bienestar Social Antoni Comas, quien pintó un panorama sombrío. Papeles en mano, recordó que hay mucha gente que se siente marginada del partido por una mala gestión de la dirección y se refirió a algunas crisis que se han cerrado, a su juicio, en falso, tal como ha sucedido en Tarragona.

El ex consejero subrayó que él no está adscrito a ninguna corriente en el partido, lo que le permite hablar con libertad. Comas lamentó la pérdida de votos de la coalición, fruto de la actual orientación política. Le respondió Jordi Rodó, quien dijo que nunca se había podido hablar con tanta libertad en el partido como ahora, en referencia elíptica a épocas anteriores, cuando Miquel Roca era secretario general. El presidente del grupo municipal de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Molins, intentó contemporizar y abogó por no hacer comparaciones. En la ejecutiva también tomaron la palabra Josep Rull, Rosa Bruguera, Josep Camps y el secretario general de CDC, Pere Esteve, quien rehuyó responder.

Esteve recordó la figura de Ramon Juncosa, dirigente histórico de CDC, que murió el pasado 24 de agosto, y dijo que la escuela de verano del partido llevará a partir de su próxima edición el nombre del político fallecido.

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