"Los catalanes bailan contando"

El presidente de Uruguay, Jorge Batlle, demostró en la tarde del martes [madrugada de ayer en España] que, pese a ser descendiente de catalanes, sus conocimientos sobre Cataluña no van más allá de manidos chascarrillos y fórmulas tópicas referidas a los catalanes. Batlle y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se entrevistaron el martes -último día de la estancia de Pujol por tierras suramericanas- durante una hora y después cenaron juntos en la residencia privada del presidente uruguayo en Montevideo.En una conferencia de prensa conjunta, Pujol tuvo que escuchar estoicamente como Batl...

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El presidente de Uruguay, Jorge Batlle, demostró en la tarde del martes [madrugada de ayer en España] que, pese a ser descendiente de catalanes, sus conocimientos sobre Cataluña no van más allá de manidos chascarrillos y fórmulas tópicas referidas a los catalanes. Batlle y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se entrevistaron el martes -último día de la estancia de Pujol por tierras suramericanas- durante una hora y después cenaron juntos en la residencia privada del presidente uruguayo en Montevideo.En una conferencia de prensa conjunta, Pujol tuvo que escuchar estoicamente como Batlle se refería a la tacañería de los catalanes, a su dureza en los tratos de negocios y a sus singulares propuestas para dar una salida al conflicto terrorista en el País Vasco, el mismo día en que ETA asesinaba al concejal del PP en el Ayuntamiento de Zumárraga, Manuel Indiano.

Pero además, al presidente catalán le cambió el semblante cuando Jorge Batlle le espetó: "Usted ya puede decir lo mismo que el presidente Tarradellas: Ja sóc aquí".

El rostro del líder de CiU evidenció el desapego y las enormes diferencias políticas y personales que siempre mantuvo con el presidente Josep Tarradellas.

"Los catalanes son los únicos del mundo que bailan sin música porque las sardanas las bailan contando; ahora uno más, ahora uno menos", dijo el presidente de Uruguay; "imagínense por tanto lo difícil que es hacer negocios con ellos". Sin embargo, Batlle no se reprimió de reclamar a Pujol que convenza a empresarios catalanes para que vayan a invertir a Uruguay.

Pujol encajó bien el golpe: "Yo he venido a felicitarle por su elección [Batlle tomó posesión de su cargo el pasado mes de marzo]; por eso espero que me invite usted a la cena", le respondió. "No se preocupe, yo pagaré la cena", contestó Batlle.

Pero las constantes bromas que se intercambiaron ambos presidentes se terminaron de cuajo ante la batería de preguntas sobre ETA que lanzaron los periodistas uruguayos. Pujol limitó sus declaraciones a su más que consabido apoyo al nacionalismo democrático vasco (PNV), y se mantuvo en silencio ante las singulares opiniones de Jorge Batlle. El presidente de Uruguay apostó claramente por el diálogo entre ETA y el Gobierno central para acabar con el terrorismo: "No habrá ni vencedores ni vencidos, pero al final estoy convencido de que encontrarán el camino de la paz". Batlle se permitió incluso afirmar que esa última escalada de atentados podría ser una clave de la banda terrorista para pedir a gritos "que alguien les eche un cabo" para salir de esta vorágine terrorista.

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Al ser preguntado sobre la posible presencia de miembros de la banda terrorista en territorio uruguayo, Batlle respondió que su país nunca cambiará su secular tradición de tierra de acogida, aunque si el Ejecutivo español le solicitara la extradición de algún etarra, el Gobierno de Uruguay cumpliría sus compromisos según la legislación vigente en el país.

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