Casa nueva y con plaza de garaje

Los casi 3.500 residentes del barrio de la Estación soñaron durante más de un año, a causa de las promesas de AENA, con vivir en una zona alejada del ruido del aeropuerto, en unas casas nuevas, más amplias y hasta con garaje. Hubo otros, los que no deseaban quedarse en Coslada, que también hicieron cuentas sobre el dinero que este organismo del Ministerio de Fomento les iba a dar por su viejo piso.Las propuestas de AENA se concretaban en dos grandes opciones a elegir entre los afectados. La primera consistía en pagar 160.000 pesetas en metálico por cada metro cuadrado construido de los pisos a...

Los casi 3.500 residentes del barrio de la Estación soñaron durante más de un año, a causa de las promesas de AENA, con vivir en una zona alejada del ruido del aeropuerto, en unas casas nuevas, más amplias y hasta con garaje. Hubo otros, los que no deseaban quedarse en Coslada, que también hicieron cuentas sobre el dinero que este organismo del Ministerio de Fomento les iba a dar por su viejo piso.Las propuestas de AENA se concretaban en dos grandes opciones a elegir entre los afectados. La primera consistía en pagar 160.000 pesetas en metálico por cada metro cuadrado construido de los pisos abandonados. Éste era el precio fijado por la Comunidad de Madrid para el metro cuadrado de vivienda de precio tasado.

La segunda opción era trasladarse a un piso nuevo en los dos barrios proyectados en el oeste del municipio. "Nos prometieron", recuerda el portavoz de la asociación vecinal del barrio de la Estación, "que nos darían hasta una plaza de garaje por vivienda".

Sin importar la opción que se eligiera, los metros cuadrados de las viviendas afectadas se redondearían al alza, cambiando la unidad por un cinco o un cero. Esto es, si un piso tuviera, como hay casos, 60,82 metros cuadrados, se tasaría como si tuviera 65. En el caso de que midiese 55, se tasaría como uno de 60.

"Más o menos cada casa que nos iban a dar tendría un 5% más de metros que las antiguas", dice Zarzuela. "Nos han engañado de una manera vil. Y lo triste es que la opinión pública no lo sabe. Muchos piensan que el traslado sigue en marcha y creen que somos unos afortunados, pero la realidad es muy diferente y triste", señala.