Sanidad prorroga los experimentos con animales para cosméticos hasta 2002

La UE amplía el plazo ante el temor a perder competitividad

El Gobierno permitirá durante dos años más que las firmas cosméticas prueben sus productos en animales y los comercialicen. España, a diferencia del Reino Unido, que prohibió estas pruebas en 1997, se suma así a la ampliación de plazo decidida en junio por la UE. Una medida dictada, en parte, por el miedo de la industria a no poder competir con las importaciones de países que sí mantienen la experimentación.

El Boletín Oficial del Estado publicó este jueves la orden ministerial que recoge la directiva comunitaria. El texto europeo amplió el pasado mes de junio, durante dos años m...

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El Gobierno permitirá durante dos años más que las firmas cosméticas prueben sus productos en animales y los comercialicen. España, a diferencia del Reino Unido, que prohibió estas pruebas en 1997, se suma así a la ampliación de plazo decidida en junio por la UE. Una medida dictada, en parte, por el miedo de la industria a no poder competir con las importaciones de países que sí mantienen la experimentación.

El Boletín Oficial del Estado publicó este jueves la orden ministerial que recoge la directiva comunitaria. El texto europeo amplió el pasado mes de junio, durante dos años más, la posibilidad de experimentar los productos cosméticos en animales. "La razón de la prórroga es que aún no están listas todas las pruebas alternativas que permitan ensayar la seguridad de los cosméticos sin recurrir a los animales", explicó ayer la subdirectora general de Productos Sanitarios, María del Carmen Abad.En medios comunitarios de Bruselas se añadía otro motivo: el veto a las pruebas en animales, que también lleva aparejada la prohibición de venta de los cosméticos ensayados de ese modo, tiene un difícil encaje en un mercado mundial cada vez más liberalizado. Y la industria europea se resiste a aceptar esa limitación.

La responsable del Ministerio de Sanidad recordó que las primeras iniciativas para una prohibición general datan de 1993, cuando el Parlamento Europeo propuso al Consejo de Ministros que adoptara tal decisión. Los organismos europeos acordaron que el veto entrara en vigor cinco años después, en 1998. Para hacerlo posible, la UE financió las investigaciones tendentes a hallar métodos que permitieran probar los cosméticos in vitro, y no sobre animales.

Al llegar el plazo fijado, en 1998, aún no estaban listos los métodos alternativos, por lo que se prorrogó en dos años la experimentación en animales.

Ahora, al caducar ese segundo plazo, las autoridades europeas han aducido la misma razón para ampliar la moratoria hasta el 30 de junio de 2002. Se pretende que ésta sea la última ampliación.

"Antes de comercializar un producto cosmético hay que realizar una serie de pruebas de seguridad. Se puede hacer sobre animales o in vitro. El problema de esa segunda vía es que no está suficientemente desarrollada", asegura Abad.

La responsable de Sanidad señala que sólo se ha dado el visto bueno a dos métodos para probar in vitro la fototoxicidad (acción anormal de la luz sobre la piel debida a la administración de ciertas sustancias químicas) y uno para la corrosión cutánea.

Para las demás pruebas de seguridad, entre las que figuran las destinadas a evaluar la tolerancia ocular, no hay otra posibilidad que recurrir a los animales. Entre los empleados para las pruebas figuran ratones y conejos.

El Reino Unido ha sido pionero en la prohibición de los ensayos cosméticos en animales. En 1997, las compañías que disponían de licencias de experimentación vigentes hasta 2003 las devolvieron voluntariamente.

Se calcula que las pruebas cosméticas suponen el 0,1% de todos los experimentos con animales. La UE también pretende reducir el uso de animales vertebrados para pruebas científicas. Con ese objetivo aprobó un convenio en 1999.

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