300 trabajadores inmigrantes se manifiestan en Lleida para denunciar actitudes racistas

La tensión que se vive en los últimos días en la zona frutícola del Bajo Segre (Lleida) se trasladó ayer a la población de Alcarràs. Un grupo de 300 temporeros inmigrantes, en su mayoría de origen africano, se declaró en huelga como medida de protesta tras una pelea con el propietario de un bar del pueblo, al que acusan de racista. Un grupo de ellos se concentró delante del bar y amenazó con quemarlo. La movilización se desconvocó después de que el alcalde se comprometiera a intervenir en caso de detectarse cualquier tipo de actitud xenófoba en la población.

Como es habitual en estos ca...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La tensión que se vive en los últimos días en la zona frutícola del Bajo Segre (Lleida) se trasladó ayer a la población de Alcarràs. Un grupo de 300 temporeros inmigrantes, en su mayoría de origen africano, se declaró en huelga como medida de protesta tras una pelea con el propietario de un bar del pueblo, al que acusan de racista. Un grupo de ellos se concentró delante del bar y amenazó con quemarlo. La movilización se desconvocó después de que el alcalde se comprometiera a intervenir en caso de detectarse cualquier tipo de actitud xenófoba en la población.

"Hecho puntual"

Como es habitual en estos casos, el incidente que provocó las protestas se produjo a última hora de la tarde, cuando muchos de los inmigrantes se reúnen en las calles y los bares. En esta ocasión fue una pelea entre el propietario de uno de los bares de Alcarràs y un angoleño. Algunos testigos explicaban ayer que el dueño del establecimiento, Fernando Serrano, agredió al temporero mientras gritaba: "Hay que matar a los negros". En cambio, él asegura que tuvo que echar al inmigrante del local, porque "estaba borracho", y añade que no es justo que cualquier incidente con un inmigrante "se considere racismo". No es la primera vez que Serrano es tachado de racista por inmigrantes. En cualquier caso, la pelea provocó que un grupo se concentrase delante del bar y amenazara con quemarlo.La protesta continuó ayer con otra concentración, en la plaza del pueblo, de unos 300 temporeros africanos para quejarse del trato racista que, afirman, reciben por parte de varios vecinos. Después, se entrevistaron con el alcalde de Alcarràs, Gerard Serra, quien se comprometió a tomar medidas si observaba alguna actitud racista en el municipio.

Según Serra, la pelea del martes "fue un hecho puntual, porque hasta ahora en el pueblo la campaña de recogida de fruta se ha desarrollado sin problemas". El alcalde añadió que las protestas de los temporeros eran "desmesuradas". Por la tarde, tras la entrevista con el regidor, los inmigrantes decidieron volver a las fincas, mientras que el bar donde se produjo el enfrentamiento permanecía cerrado por precaución.En la vecina localidad de Soses, los 120 trabajadores magrebíes de la empresa Espax que desde el lunes estaban en huelga llegaron a un acuerdo con el propietario, Cayetano Espax, para mejorar sus condiciones laborales. Los temporeros consiguieron el compromiso de un aumento salarial de acuerdo con el convenio colectivo, y cobrarán la hora trabajada a 675 pesetas. Percibirán también las horas extraordinarias y los trabajos en horario nocturno. El propietario aseguró que para el próximo verano se harán mejoras en los alojamientos donde viven los trabajadores.

La tensión que presidió la reunión se trasladó también al exterior, donde uno de los trabajadores españoles de la empresa se enzarzó con el representante de los magrebíes, aunque la pelea no pasó a mayores. Los temporeros se mostraron satisfechos con los resultados de su protesta y anunciaron que hoy volverán al trabajo.

En Aitona, donde el pasado domingo surgieron las primeras protestas tras una redada de los Mossos d'Esquadra, la situación sigue calmada. El consejero de Presidencia del Gobierno catalán, Joaquim Triadú, aseguró que se abrirá una investigación para aclarar los hechos y que, si es necesario, "se buscarán responsabilidades". Triadú negó cualquier connotación racista en la actuación policial.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El consejero de Interior, Xavier Pomés, dijo que la denuncia de algunos inmigrantes de Aitona por presuntos malos tratos de la policía autonómica se debe a que los trabajos de recolección están llegando a su fin, "lo que provocará que en los próximos días muchos se queden sin trabajo". Pomés también afirmó que "todo el mundo es igual ante la ley" y que "no puede consentirse que algunos colectivos quieran obtener una cierta impunidad con una acusación genérica de racismo".

El portavoz de Iniciativa per Catalunya-Verds, Joan Boada, criticó ayer la política de inmigración del Gobierno catalán. "Es incoherente que desde la Generalitat se estén lanzando discursos sobre la necesidad de trabajadores inmigrantes y después se realicen actuaciones de este tipo". En su opinión, "cortar una calle y empezar una especie de redada a la caza del magrebí malo no es el mejor ejemplo".

Por otro lado, ayer quedó en libertad Omar S., detenido el martes por un presunto delito de homicido en grado de tentativa tras apuñalar a un compatriota marroquí en Aitona.

Archivado En