Sólo quedan los turistas

Madrid se ha quedado vacía de madrileños. Muchos aún no han regresado de sus vacaciones, otros han aprovechado el puente para huir por unos días de la canícula del asfalto, el resto se refugia en su casa o en la piscina de las altas temperaturas. Los únicos que se atreven a asomar la nariz por las calles de la ciudad son los turistas que, en éstos días, recorren la ciudad a sus anchas.Ni siquiera los coches les estorban a la hora de hacer fotos. Y es que el tráfico en la ciudad ha disminuido en un 80% con respecto a un día cualquiera de otra estación que no sea la veraniega, según los cálculos...

Madrid se ha quedado vacía de madrileños. Muchos aún no han regresado de sus vacaciones, otros han aprovechado el puente para huir por unos días de la canícula del asfalto, el resto se refugia en su casa o en la piscina de las altas temperaturas. Los únicos que se atreven a asomar la nariz por las calles de la ciudad son los turistas que, en éstos días, recorren la ciudad a sus anchas.Ni siquiera los coches les estorban a la hora de hacer fotos. Y es que el tráfico en la ciudad ha disminuido en un 80% con respecto a un día cualquiera de otra estación que no sea la veraniega, según los cálculos de la Policía Municipal. En los cuatro monitores de la policía municipal, a mediodía de ayer, no se veía ni un solo coche. Las pantallas mostraban el tráfico de la Castellana, la calle de Arturo Soria y de la Princesa. "La ciudad está vacía, esto sólo ocurre en agosto", aseguró ayer un portavoz de la Policía Municipal. Los servicios de emergencias sanitarias, tanto el del Insalud (061) como el del Samur (092), reciben menos avisos.

"Mientras que un día de otoño, inverno o primavera atendemos unas 3.000 llamadas, estos días apenas llegamos a las 2.000", afirmó ayer un portavoz del Insalud. El del Samur añadió: "En agosto recibimos un 6% menos de llamadas que cualquier otro día". "Si habitualmente realizamos unas 250 salidas, en agosto serán unas 220", explicó.

Sólo a partir de las ocho de la tarde, cuando afloja el calor, la ciudad recobra vida. Sobre todo en las terrazas.