Cultura y espectáculos

2000 informáticos viajan por la red del siglo XXI y duermen en un cámping del XIX

La organización de Campus Party llevaba nueve meses con los preparativos del certamen. Todo parecía preparado, o al menos todo lo que de ellos dependía, el lunes por la mañana, para recibir la avalancha de aficionados a la informática inscritos para la ocasión.Los participantes llegaban con la idea de para participar en el encuentro con una red adaptada al siglo XXI, en un espacio, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, que la Administración local tiene como emblema del siglo que viene. Sin embargo, se encontraron que para su descanso se ha habilitado un espacio que parece más un salto al s...

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La organización de Campus Party llevaba nueve meses con los preparativos del certamen. Todo parecía preparado, o al menos todo lo que de ellos dependía, el lunes por la mañana, para recibir la avalancha de aficionados a la informática inscritos para la ocasión.Los participantes llegaban con la idea de para participar en el encuentro con una red adaptada al siglo XXI, en un espacio, la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, que la Administración local tiene como emblema del siglo que viene. Sin embargo, se encontraron que para su descanso se ha habilitado un espacio que parece más un salto al siglo pasado que una realidad futurista.

Los organizadores, que han preparado el encuentro al milímetro, son conscientes de la situación, pero insisten en "que son los únicos terrenos que ha cedido el Ayuntamiento de la ciudad para instalar a los participantes". Desde la organización se recuerda la buena situación del cámping de Mollina, un espacio con zonas verdes, piscinas y que incluso disponía de habitaciones privadas para los más "espabilados", ya que se adjudicaban por orden de llegada. Ante esta situación, la Asociación E3 Futura, organizadora del certamen, y la dirección de CACSA, ya está estudiando instalar a los participantes de la edición 2001 de Campus Party en distintos colegios mayores de la ciudad.

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"Si lo sé, no vengo", parafraseaba ayer Javi, un cordobés de 22 años que a las ocho de la mañana ha salido "escopetado" de la tienda de campaña "porque el calor no me dejaba dormir". Y es que la explanada en la que se han colocado las cerca de 400 tiendas de campaña no parece el sitio idóneo. Polvorienta y al descubierto, los jóvenes internautas están soportando estoicamente las altas temperaturas del calor de Valencia. Aunque es mejor que no llueva. Javier, mal que bien, está dispuesto a "aguantar una semana en condiciones infrahumanas". "

"Todo es muy futurista y muy bonito", comenta, pero en las 29 duchas del cámping se organizan colas de una hora. Otras reivindicaciones son más peregrinas. "No puede ser que estemos en agosto y no tengamos una piscina", comenta Javier. El joven cordobés recuerda que han tenido que pagar 12.000 pesetas por toda la semana, entre derecho de conexión a red y de acampada. Aunque también critica el menú "que sirven en bandejas de rancho", espera que la próxima edición "disponga de mejores instalaciones".

Alejandro, un joven informático de 24 años de Zamora, se lo toma con más filosofía. Alejandro valora las buenas condiciones, tanto de la red interna como de la red de salida a Internet. La infraestructura está, en su opinión, "muy lograda para la cantidad de gente que somos". La cuestión de dormir también la tiene clara. Anoche sólo descansó algo más de tres horas, media sobre el teclado de su ordenador y el resto, en el césped, bajo uno de los puentes entre los que está ubicada la Ciudad de las Artes y las Ciencias. "Además, hay gente que ha traído colchones, y como todos no dormimos a la misma hora, los intercambiamos".

Con todo, la fiesta continúa. Campus Party es la mayor concentración de amantes de la informática que se realiza en España. El lunes se dio el pistoletzo de salida. Desde primeras horas comenzaron a acceder al recinto los primeros participantes del encuentro. Con sus ordenadores en ristre, los aficionados al mundo informático se identificaban ante los miembros de seguridad de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia, convertido hasta el domingo, en la meca informática española. Así hasta acreditar a los dos mil jóvenes que fueron entrando a este recinto. La cita no requería menor grado de modernidad.

Todos los participantes traían sus equipos desde casa, requisito imprescindible para introducirse la party, para resucitarlos en la sala que la organización ha dispuesto en el recinto del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. Su origen, el mundo. Alemanes, italianos, portugueses y franceses eran los eropeos con mayor representación en el certamen. Pero hasta Valencia también se desplazaron internautas procedentes de Santiago de Chile, México y Colombia, hasta completar una representación extranjera de en torno al 30% del total de participantes. El grueso de aficionados, sin embargo, proviene principalmente de Valencia, Barcelona, Madrid y Málaga. Es, precisamente, en esta capital andaluza, donde se organizaron las tres ediciones anteriores de la Campus Party. La gran capacidad de convocatoria de los organizadores y el interés que ha despertado entre los internautas, que ven en este tipo de encuentros un escape a su forzoso aislamiento cibernético, forzaron a los organizadores a buscar un nuevo emplazamiento para la edición 2000 de Campus Party. La cifra es clara: la fiesta informática de Mollina convocó el año pasado a 650 participantes, 1.350 menos que en la edición actual.

Algunos jóvenes viajaron a Valencia en autobús y en tren. Otros, como el caso de una pareja de Benalmádena (Málaga) prefirió "transportarse" en coche junto a sus cuatro hijos. La pareja decidió "pasar una semana diferente" y en un ejemplo de abnegación paternal cambió sus vacaciones de verano en Portugal por una semana de realidad virtual. Tres de sus hijos participan en el encuentro y la menor, de 12 años, que ya apunta maneras, vigilará de cerca los movimientos de sus hermanos.

Conectados los ordenadores, los participantes están disfrutando de una red local que va de 10 megas en el tramo de usuario, "una velocidad 100 veces superior a la que tiene cualquier persona en su casa", a 100 megas en los servidores. El acceso a Internet cuenta con un ancho de banda, el canal de difusión de la información, de 34 megas, el 10% del ancho de banda para toda España, "todo un lujo" para sólo 2000 personas. 40.000 metros de cable de red y 5.000 de fibra óptica son otras cifras de Campus Party.

La idea no es nueva. Una party, explica la organización, "es un encuentro de gente que comparte su pasión por los ordenadores". Originarias del norte de Europa, donde ya cuentan con una tradición de más de 10 años, este tipo de citas se suelen dividir en dos grandes tipos: Las Demo Party y las Lan Party, cuya diferencia estriba en la conexión o no a red. Campus Party no limita "ni es excluyente", y se ha organizado para reunir en el mismo espacio real a siete areas distintas: Demoscene, una nueva forma de hacer "arte digital" mediante gráficos, música, etc.; Linux, y Macintosh, dos sistemas operativos diferentes, Games, área de juegos, Diseño, Música y Java, lenguaje de programación.

Los participantes se reúnen en clanes (grupos de entre 4 y 25 personas) para jugar, programar, intercambiar conocimientos y aprender de la experiencia ajena. Inscritos bajo nombres como K2, 7-jedies, Solstice o Los Mesias, participan y compiten durante los siete días que dura el encuentro en una de las siete áreas. La mayoría de ellos están en el área de juegos.

El perfil del participante de la Campus Party es el de un joven de entre 17 y 25 años. Los hay más jóvenes y también participa en el certamen un makero de 70 años, el mayor de los inscritos. Por lo que a sexo se refiere, la "hegemonía participativa", y únicamente ésta, la ostentan los varones, cuya presencia se cifra en 1.800. La cifra de mujeres, 200 en total, sigue siendo baja aunque se los organizadores puntualizan que se ha incrementado en relación a ediciones anteriores.

Todos ellos competirán entre ellos durante estos días y tendrán la posibilidad de participar en las conferencias y cursos específicos que se impartirán durante toda la semana. Las charlas correrán a cargo de profesionales del mundo de la comunicación, en su más amplio sentido, como Manuel Toharia, Rafael Revert o Luis Merino. Otros ponentes son menos conocidos, pero son auténticos gurús para los aficionados a la informática.

Pero como buen certamen informático, toda la información y las actividades de la party están disponibles a tiempo real en una web on-line (www.campus-party.org). Numerosas web cams instaladas por todo el centro permiten a los interesados conocer de primera mano y de forma interactiva todo lo que ocurre en el encuentro. Antes de iniciarse el certamen más de 2 millones de internautas ya habían conectado con la web de Campus Party.

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